En 2020, millones de personas se lanzaron a bailar… pero cada uno en su casa ¡y con TikTok en el celular! 

En los a&ntilde;os grises de la &uacute;ltima dictadura militar, Charly Garc&iacute;a cantaba: &ldquo;&iquest;Qu&eacute; se puede hacer salvo ver pel&iacute;culas?&rdquo;. Hoy los adolescentes de la pandemia replicar&iacute;an: &ldquo;&iexcl;Hacer videos!&rdquo;.&nbsp; Aparentemente juntos, pero a solas, cada uno desde su cuarto, cocina, ba&ntilde;o o balc&oacute;n: <a href="http://tiktok.com">TikTok</a> lo hizo posible.&nbsp;Fue el acompa&ntilde;amiento perfecto para los largos meses de aislamiento social.&nbsp;

Es divertida, f&aacute;cil, pegadiza, dicen sus seguidores. Compromete la privacidad e implica serios problemas de seguridad, se&ntilde;alan sus detractores. Lo cierto es que millones de j&oacute;venes del mundo se han subido a esta plataforma que propone que cada uno elija un ritmo, cante o haga playback con su canci&oacute;n favorita, baile, ejercite su creatividad y aplique su sentido del humor, para producir y editar vide&iacute;tos de entre 15 y 60 segundos. En principio, ten&iacute;an un &uacute;nico fin: pasarla bien, re&iacute;rse de s&iacute; mismos, mirar y ser mirado, conseguir likes y seguidores.&nbsp;&nbsp;&nbsp;

&nbsp;&ldquo;Las tendencias comienzan aqu&iacute;&rdquo; es la consigna de la red social. Y vaya si la cumple: viral por definici&oacute;n, tiene m&aacute;s de 800 millones de usuarios y en marzo de este a&ntilde;o se convirti&oacute; en la aplicaci&oacute;n m&aacute;s descargada del mundo, desplazando a la imbatible <a href="http://whatsapp.com">WhatsApp</a>. Est&aacute; disponible en 150 pa&iacute;ses y 75 idiomas (aunque curiosamente no en China, donde hay una versi&oacute;n local, Douyin, sujeta a censura).&nbsp;&nbsp;&nbsp;

Cada generaci&oacute;n arma su banda de sonido con la tecnolog&iacute;a a su alcance. En los 70, los pibes y las pibas segu&iacute;an enfervorizados los pasos de sus &iacute;dolos en M&uacute;sica en libertad, el programa de canal 9. En los 80, lo cool eran los flamantes videos musicales que se ve&iacute;an por cable en <a href="http://mtv.com">MTV</a>. Hoy, en Internet todo est&aacute; al alcance de un clic. Aunque siga pareciendo colectivo, el consumo digital es ultrapersonalizado, hecho a medida, cocreado. En TikTok, cada usuario es su propia estrella.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;

La aplicaci&oacute;n fue dise&ntilde;ada espec&iacute;ficamente para captar al p&uacute;blico arisco de entre 15 y 25 a&ntilde;os. Surgida una d&eacute;cada y media despu&eacute;s que los grandes tanques de la web (<a href="http://facebook.com">Facebook</a>, <a href="http://twitter.com">Twitter</a> y <a href="http://youtube.com">YouTube</a>), supo aprovechar esa experiencia para enfocarse en los centennials, tan sobresaturados de informaci&oacute;n que se aburren hasta de leer 280 caracteres y decantan hacia lo audiovisual. Y los puso a bailar en la vida real &iexcl;incluso con sus padres! (solo porque estaban todos recluidos en casa durante la cuarentena).&nbsp;

El negocio fue creado por Zhang Yiming, un emprendedor de 36 a&ntilde;os, CEO de la start-up de inteligencia artificial <a href="http://www.bytedance.com">ByteDance</a> (propietaria de TikTok). La revista <a href="http://time.com">Time</a> ya lo incluy&oacute; entre las 100 personas m&aacute;s influyentes en 2019 y <a href="http://forbes.com">Forbes</a> le dio el puesto nueve en la lista de millonarios chinos. En 2016 lanz&oacute; <a href="http://douyin.com">Douyin</a>, que reci&eacute;n tom&oacute; su forma actual, para el resto del mundo, en 2018. Boom: con un concepto aparentemente sencillo, aunque responda a una sofisticada ingenier&iacute;a algor&iacute;tmica, TikTok logr&oacute; superar a los gigantes de Silicon Valley.

Viral por definición, tiene más de 800 millones de usuarios y en marzo de este año se convirtió en la aplicación más descargada del mundo, desplazando a la imbatible WhatsApp. 

Favorecida por la cuarentena, se calcula que ya hay en la red un 30 % de usuarios mayores de 30 a&ntilde;os. Como cualquier &eacute;xito comercial, tambi&eacute;n atrajo a todo tipo de tiburones. Marcas de todo calibre est&aacute;n intentando subirse a TikTok, porque casi nada de lo humano le es ajeno: para aprovechar el marketing gratuito, hay famosos que cumplen alguno de sus challenges como si fueran cualquier hijo de vecino e ignotas abuelitas convertidas en celebridades instant&aacute;neas; <a href="http://unicef.com">Unicef</a> dando consejos para mantener la salud mental; desfiles de colecciones internacionales; medios tan serios como <a href="https://www.washingtonpost.com/">The Washington Post</a>; recomendadores de libros hasta ayer desconocidos que imponen best sellers; ni&ntilde;itos y mascotas; tutoriales de lo que sea&hellip;&nbsp;

La plataforma vive de la publicidad, pero alienta a sus anunciantes a adaptarse a su lenguaje. O bien utilizar como m&eacute;diums a los influencers ya instalados en su red, a algunos de los cuales patrocina econ&oacute;micamente &ldquo;sugiri&eacute;ndoles&rdquo; hashtags, tendencias y challenges. Expertos en marketing aseguran que en el 2021 el video ser&aacute; el formato privilegiado del branded content y TikTok, uno de sus escenarios privilegiados.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp;

Ciertas agencias de talentos ya instalaron, principalmente en Estados Unidos, &ldquo;casas&rdquo; esponsoreadas (como Sway House o Hype House), donde conviven los m&aacute;s destacados influencers, creadores de contenidos que no solo trabajan para TikTok, sino tambi&eacute;n para Instagram, Snapchat y Youtube. Son verdaderas potencias: la bailarina Charli D&rsquo;Amelio, de 26 a&ntilde;os, empez&oacute; a subir videos en julio del a&ntilde;o pasado. Primero, juegos de lip sync; despu&eacute;s, sus coreograf&iacute;as, que se volvieron virales: hoy pas&oacute; largamente los 98 millones de seguidores, ya tiene en su haber una marca de maquillaje, una bebida llamada The Charli en Dunkin Donuts, comerciales para el Super Bowl, y est&aacute; en tratativas para un reality show como el de las Kardashian. Aunque lejos de ese volumen, en la Argentina tambi&eacute;n hay influencers profesionales: Cande Copello, que tanto puede subir un tutorial de maquillaje como recomendar una c&aacute;mara de fotos o endosar un outfit deportivo, suma m&aacute;s de 3.600.000 seguidores.

En TikTok, hay muchas tribus con intereses espec&iacute;ficos. Pero una de las m&aacute;s imprevisibles es la del activismo pol&iacute;tico. Se las vio participar en eventos tan distantes como la Revoluci&oacute;n de los Paraguas en Hong Kong y las movilizaciones que terminaron con la reciente destituci&oacute;n del fugaz presidente Manuel Merino en Per&uacute;, pero, sobre todo, en la campa&ntilde;a electoral de los Estados Unidos. En junio, los tiktokers se unieron a los fans del K-pop para boicotear el primer mitin de Donald Trump en Tulsa, reservando entradas para sillas del acto, que luego dejaron vac&iacute;as.&nbsp;

Trump no es de los que te la dejan pasar. En agosto, denunci&oacute; a TikTok y WeChat como potenciales amenazas a la seguridad nacional, acus&aacute;ndolas de entregar datos privados de sus millones de usuarios estadounidenses al gobierno chino, y les dio un plazo de 90 d&iacute;as para irse del pa&iacute;s. Nunca present&oacute; pruebas. Byte Dance resisti&oacute; judicialmente, pero opt&oacute; por asociarse con dos empresas locales (Oracle y Walmart). La causa est&aacute; todav&iacute;a varada en un atolladero legal. De buenas a primeras, la aplicaci&oacute;n de los vide&iacute;tos divertidos se convirti&oacute; en caballito de la batalla geopol&iacute;tica entre Estados Unidos y China, que por ahora tiene final incierto. Cachete con cachete, pechito con pechito y ombligo con ombligo&hellip; &iquest;Y qu&eacute; tal si salimos todos a bailar?

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