Arte y ciencia, experimentaci&oacute;n y reflexi&oacute;n, naturaleza y comunidad se conjugan en esta novedosa residencia art&iacute;stica en el sur del pa&iacute;s.

La escena del arte contempor&aacute;neo suma una iniciativa singular y de esp&iacute;ritu transformador: Cet&aacute;cea, la residencia de arte y naturaleza m&aacute;s austral de la costa argentina. Organizada por Sin Destino Aparente (SDA) &mdash;la plataforma de pensamiento cr&iacute;tico y formaci&oacute;n fundada por la curadora Larisa Zmud&mdash;, comienza en octubre en Puerto Pir&aacute;mides, en plena Pen&iacute;nsula Vald&eacute;s y propone una forma distinta de habitar el territorio y de crear desde la escucha y la colaboraci&oacute;n.
Durante dos semanas, un grupo de artistas, curadores y pensadores convivir&aacute; frente al mar, explorando pr&aacute;cticas en las que el arte se entrelaza con la ecolog&iacute;a, la filosof&iacute;a, la cocina y el intercambio comunitario. El programa incluir&aacute; caminatas entre f&oacute;siles y m&eacute;danos, navegaci&oacute;n, recolecci&oacute;n de algas, conversaciones con bi&oacute;logos y encuentros con pescadores y habitantes locales. Pero, sobre todo, generar v&iacute;nculos: con el entorno, con sus memorias y con quienes lo habitan.
Con un enfoque que desactiva la l&oacute;gica productivista y abraza el tiempo lento de los procesos, Cet&aacute;cea nace como un gesto deliberado de desaceleraci&oacute;n. No busca resultados medibles ni exhibibles, sino v&iacute;nculos con el territorio patag&oacute;nico, con sus habitantes y con las formas de vida &mdash;humanas y no humanas&mdash; que coexisten en ese paisaje majestuoso y fr&aacute;gil. &ldquo;En Cet&aacute;cea confluyen la necesidad de salir del eje urbano, de habitar de forma atenta y respetuosa un paisaje tan imponente como fr&aacute;gil, y de construir un di&aacute;logo entre arte, ecolog&iacute;a y comunidad&rdquo;, detalla Zmud.

&ldquo;Cet&aacute;cea nace de un v&iacute;nculo afectivo y pol&iacute;tico con el territorio&rdquo;.

El proyecto es una expansi&oacute;n natural del recorrido de SDA, que comenz&oacute; en 2018 como un grupo de lectura informal tras el cierre de la galer&iacute;a SlyZmud. &ldquo;Aquellos encuentros fueron el germen de algo nuevo&rdquo; cuenta Larisa. &ldquo;Durante la pandemia, ese impulso se consolid&oacute; en comunidades virtuales de lectura donde debat&iacute;amos sobre arte, feminismo, filosof&iacute;a y literatura. De all&iacute; nacieron nuestras tres l&iacute;neas de acci&oacute;n: los seminarios independientes, el club de comidas curadas 'Suave Desliz' y ahora, la residencia&rdquo;.
&iquest;Por qu&eacute; la Pen&iacute;nsula Vald&eacute;s? Adem&aacute;s del magnetismo natural del lugar &ndash;refugio anual de la ballena franca austral y de especies milenarias&ndash;, hay una conexi&oacute;n personal y territorial. Zmud naci&oacute; en Mar del Plata y creci&oacute; entre la costa y la estepa patag&oacute;nica, mientras su padre, maestro rural, trabajaba en comunidades mapuches. &ldquo;La Patagonia es parte de mi vida y de mi pr&aacute;ctica curatorial. Existe otra Patagonia, fuera de la postal, que merece ser mirada con otros ojos. Cet&aacute;cea nace de ese v&iacute;nculo afectivo y pol&iacute;tico con el territorio&rdquo;.

&ldquo;Buscamos construir un di&aacute;logo entre arte, ecolog&iacute;a y comunidad&rdquo;.

En su esencia, la residencia busca cuestionar categor&iacute;as impuestas por el pensamiento occidental: naturaleza-cultura, humano-animal, verdad-ficci&oacute;n. &ldquo;Proponemos habitarlas desde otro lugar, m&aacute;s poroso&rdquo;, dice Zmud y agrega: &ldquo;Por ejemplo, al caminar con un bi&oacute;logo por la playa, podemos observar datos cient&iacute;ficos y a la vez fabular. No se trata de ilustrar certezas, sino de abrir preguntas: fabular con rigor. Generar cruces f&eacute;rtiles entre saberes cient&iacute;ficos y sensibilidad art&iacute;stica&rdquo;.
En esta primera edici&oacute;n, la participaci&oacute;n de cada residente ser&aacute; por invitaci&oacute;n y ya fueron confirmados Adriana Bustos, Javier Villa, Barbara Hang, Jimena Croceri, Yuri Truma (Espa&ntilde;a9y Francesca Imbrosciano. A partir de 2026, se abrir&aacute; una convocatoria internacional. Como parte de la residencia, cada participante se compromete a realizar una acci&oacute;n, obra o gesto para la comunidad local: en una biblioteca, en una escuela rural, en la playa: &ldquo;no vamos a dejar una marca. Queremos que el paisaje nos marque a nosotros&rdquo;, dice Zmud, quien organiza la residencia en colaboraci&oacute;n con Paula Barrios (productora general del proyecto) y Josefina del P&oacute;polo. &ldquo;Cet&aacute;cea no es una residencia para mostrar lo que sabemos, sino para descubrir lo que todav&iacute;a no sabemos preguntar. Y eso, muchas veces, solo emerge cuando se piensa y se siente en com&uacute;n&rdquo;.

Habitar el territorio

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