La revolución de las hijas cuestiona los mandatos que acompañan a las mujeres desde la cuna. La delgadez, la depilación, las siliconas... 

&ldquo;Hay d&iacute;as en que me quiero m&aacute;s que otros, me pongo mascarillas en la cara, canto <a href="https://www.youtube.com/channel/UCYLNGLIzMhRTi6ZOLjAPSmw">Shakira</a> a todo volumen y uso brillitos debajo de los ojos. El resto de los d&iacute;as, la mayor&iacute;a, busco estrategias para taparme las piernas, googleo contraindicaciones de cirug&iacute;as est&eacute;ticas y me pregunto si no ser&iacute;a m&aacute;s f&aacute;cil hacer la revoluci&oacute;n si me sintiese linda en un par de pantalones ajustados y no inc&oacute;moda a la hora de subir una foto en una marcha revoleando pa&ntilde;uelos verdes porque estoy rodeada de pibas que pesan diez kilos menos que yo y lucen mejor el glitter&rdquo;. Las palabras de Manu Mart&iacute;nez (23) en el <a href="https://revistapalta.com/amor-impropio/">texto</a> &ldquo;Amor (im)propio&rdquo; de la Revista Palta exponen en primera persona que ponerse los lentes de g&eacute;nero ayuda a reflexionar sobre mitos y verdades. La belleza es uno de ellos.

Los mandatos est&aacute;n presentes en la sociedad desde que nacemos. Cuando al beb&eacute; var&oacute;n se lo viste de celeste y a la nena, de rosa; cada vez que en la escuela una maestra repite que ellos son buenos para las matem&aacute;ticas y ellas son buenas para lengua o cuando se establece que 90-60-90 son medidas universales. Estos mensajes formatean miradas, elecciones, autoestimas y, m&aacute;s importante a&uacute;n, pol&iacute;ticas p&uacute;blicas.

Pero nada es para siempre. &iquest;Se viene la deconstrucci&oacute;n de la mujer? Mar&iacute;a Paz Borrescio (31), licenciada en Ciencias de la Comunicaci&oacute;n, asume que como feminista de esta cuarta ola algunos temas a&uacute;n le generan contradicciones: &ldquo;Busco no juzgarme ni juzgar a otras,&nbsp; pero s&iacute; se&ntilde;alo y objeto cada vez que una amiga dice que &lsquo;est&aacute; gorda&rsquo; solo porque no encaja en los talles &uacute;nicos de muchas marcas o cuando una compa&ntilde;era de trabajo dice que su marido &lsquo;la ayuda con la casa&rsquo;. Tenemos que crear relaciones m&aacute;s solidarias si queremos ocupar otros espacios y no ser tratadas como un objeto. La deconstrucci&oacute;n de las nuevas generaciones es necesaria y es un proceso que tenemos que hacer con los varones&rdquo;.

En t&eacute;rminos acad&eacute;micos, las teor&iacute;as de la deconstrucci&oacute;n se gestaron a mediados de la d&eacute;cada del 60, cuando las primeras corrientes feministas de la segunda ola convirtieron en blanco de discusiones modelos culturales y pol&iacute;ticos. Bel&eacute;n Igarz&aacute;bal, directora del &aacute;rea de Comunicaci&oacute;n y Cultura de <a href="https://www.flacso.org.ar/">Flacso</a>, se&ntilde;ala: &ldquo;Lo m&aacute;s importante es la elecci&oacute;n en libertad y eso tiene que ver con la informaci&oacute;n, con saber que la mujer estuvo sometida a estereotipos asociados al sistema patriarcal y a la mirada del var&oacute;n sobre ese cuerpo femenino&rdquo;.

Como vivimos en una sociedad de mercado donde las publicidades son de mujeres, blancas, j&oacute;venes, depiladas, podr&iacute;a decirse que nunca hay libertad de elecci&oacute;n. &ldquo;Yo defiendo la toma de decisiones. &iquest;Por qu&eacute; felicitamos a un var&oacute;n que quiere ser mujer y se pone siliconas, y a una mujer que hace lo mismo le criticamos que responda al modelo masculino de mirada del deseo?&rdquo;, analiza Igarz&aacute;bal.

Consultados sobre el tema, Luc&iacute;a Podest&aacute;, Brand Manager de <a href="https://www.dove.com/ar/home.html">Dove</a>, y Pablo S&aacute;nchez Liste, director de Comunicaci&oacute;n, Asuntos P&uacute;blicos y Sustentabilidad de <a href="http://www.loreal.com.ar/">L&rsquo;Or&eacute;al Argentina</a>, afirman que ambas empresas tienen en cuenta la perspectiva de g&eacute;nero desde sus or&iacute;genes. S&aacute;nchez Liste admite que &ldquo;hoy las grandes marcas comenzaron un cambio profundo en este sentido, hacia una gesti&oacute;n libre de estereotipos&rdquo;. A pesar de ello, la diversidad corporal en sus mensajes y en las embajadoras de sus productos a&uacute;n no es visible aunque vale reconocer el esfuerzo de la multinacional francesa en la iniciativa de equidad &quot;Por las mujeres en la ciencia&quot; y, en el caso de Dove, la propuesta &ldquo;Sin distorsi&oacute;n digital&rdquo;, por la cual las im&aacute;genes de las campa&ntilde;as no ser&aacute;n retocadas digitalmente.

La clave puede estar en precisar ciertos t&eacute;rminos y lo que implican. &ldquo;Una cosa es abordar las diferencias sobre c&oacute;mo cada una decide adherir o no a ese ideal. Y otra cuesti&oacute;n son las desigualdades que enfrentamos las mujeres a ra&iacute;z de la belleza, por ejemplo a la hora de ser evaluadas para un trabajo, y que operan como un motivo de discriminaci&oacute;n&rdquo;, destaca Anabella Benedetti, integrante de la C&aacute;tedra Unesco Mujer, Ciencia y Tecnolog&iacute;a en Am&eacute;rica Latina. &ldquo;No debemos quedarnos con el suscribir u oponernos al statu quo, sino mirar las consecuencias de rechazar cierta representaci&oacute;n que se espera de cada mujer. Las publicidades tambi&eacute;n se concentran en un conjunto de desigualdades y ninguna nos llama a cambiar el mundo&rdquo;.

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Ilustraci&oacute;n MAR&Iacute;A REBOREDO

Belleza en deconstrucción

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