Julio Kim le escapa al cliché del hombre de negocios. Si alguien lo cruzara por la calle o lo pescara infraganti fotografiándose frente a algún espejo, podría confundirlo con un influenciador de moda. Su guardarropa y su cuenta de Instagram alientan esa idea. Etiquetas de lujo, viajes en primera clase, comidas, fiestas, eventos y zapatillas (¡tiene más de 250 pares!), todo capturado con especial cuidado y gran conocimiento de filtros y aplicaciones.

Su vida no siempre fue &ldquo;instagrameable&rdquo;. Naci&oacute; en Corea del Sur y unos a&ntilde;os m&aacute;s tarde lleg&oacute; a Argentina con su familia. El esfuerzo en el trabajo marc&oacute; su existencia desde muy chico. Tuvo sus frutos: a los 20 ya dirig&iacute;a su compa&ntilde;&iacute;a y, desde entonces, se jacta de no haber perdido plata en ning&uacute;n proyecto. Encontr&oacute; el &eacute;xito en la importaci&oacute;n y distribuci&oacute;n de textiles y, m&aacute;s tarde, en la construcci&oacute;n. &iquest;Su &uacute;ltima apuesta? Hace tres a&ntilde;os compr&oacute; las marcas <a href="https://naima.com.ar/invierno/?gclid=Cj0KCQjws_r0BRCwARIsAMxfDRjIVchyR75V2OQRbNjIR_aes5v6sq75OY615i8OxygBPmF-PJ2J3YkaAlF2EALw_wcB">Na&iacute;ma</a>, <a href="https://shopbecci.com/">Becci</a> y <a href="https://www.calandra.com.ar/?gclid=EAIaIQobChMIorrX-6T66AIVloSRCh3JvweeEAAYASAAEgJy8_D_BwE">Calandra</a>.&nbsp;

&iquest;Qu&eacute; te impuls&oacute; a hacerlo?

La necesidad de innovar. Es cierto que compr&eacute; en un a&ntilde;o de crisis, pero luego todo fue mucho peor. Desde que arrancamos tuvimos tres devaluaciones. Sin embargo, eso a veces es favorable para las marcas porque desalienta &ndash;en escenarios normales&ndash; la compra en el exterior. Competir con la moda r&aacute;pida tambi&eacute;n es dif&iacute;cil. Son tiendas que fabrican tres millones de prendas &iexcl;por color!, en destinos como Bangladesh, Camboya o Turqu&iacute;a, donde la mano de obra es muy barata. En Argentina hay mucho proteccionismo. Hoy, el 70 u 80 por ciento de lo que se factura se va en impuestos. Esa carga tributaria distorsiona bastante los precios. Pero, a la vez, si llegara a liberarse esa barrera, morir&iacute;a la mayor&iacute;a de las firmas nacionales.

&iquest;Ten&eacute;s objetivos a corto plazo?

S&iacute;. Expandir, sobre todo Calandra, que est&aacute; reinaugurando su tienda en Patio Bullrich. Tenemos que conquistar el mercado mayorista e impulsar el e-shop. Adem&aacute;s, estamos buscando una mayor sinergia entre las tres firmas para abaratar un poco los costos. Hay que aprovechar y aunar acciones de marketing, v&iacute;nculos con celebridades&hellip; hacer m&aacute;s ruido.

&iquest;Cu&aacute;l cre&eacute;s que es la etiqueta que m&aacute;s cambios experiment&oacute; en este tiempo?

Calandra sin dudas. Antes yo la mencionaba y mis amigas de treinta y pico me dec&iacute;an que era &ldquo;de vieja&rdquo; y ahora se llevan looks completos. La rejuvenecimos. En los negocios, si no te reinvent&aacute;s, est&aacute;s out. Hoy Louis Vuitton te vende auriculares y si llev&aacute;s tu botella de perfume, te la recarga. Hace 30 a&ntilde;os era impensable que una casa de lujo ofreciera eso. En Calandra incluimos objetos de decoraci&oacute;n y de arte. No importa si los compran o no. Es una prueba. En Na&iacute;ma estamos sacando perfumes.

&iquest;En qu&eacute; medida ten&eacute;s en cuenta los cambios sociales de esta &eacute;poca?

Hay muy pocas actividades en las que el consumidor no mande. Pero a la vez tambi&eacute;n queremos hacer nuestro camino. En Calandra nos piden el vestido tipo Jackie que no hacemos m&aacute;s porque queremos cambiar. Hay que crear una identidad de marca. Hoy Na&iacute;ma es fuego, noche, evento, mujer sensual. Becci es m&aacute;s teen, m&aacute;s cute y Calandra, en cambio, es m&aacute;s sofisticada, m&aacute;s discreta. A la larga, va a dejar de llamarse Calandra y va a quedar Cala.

&iquest;Est&aacute;s involucrado en el d&iacute;a a d&iacute;a de la empresa?

Paso m&aacute;s de la mitad de mi tiempo ac&aacute;, a pesar de que es el negocio que genera menos del 5 % de lo que factura todo el grupo. Tuve que inyectar mucho capital y eso hizo que se convirtiera en un desaf&iacute;o personal: de alguna manera tengo que levantar este proyecto y me voy a quedar ac&aacute; hasta que se estabilice.

Ven&iacute;s batallando hace dos d&eacute;cadas en el rubro textil, &iquest;esa experiencia hizo m&aacute;s f&aacute;cil el salto al mercado de la indumentaria?

No, son totalmente distintos. Un factor que no tuve en cuenta, por ejemplo, es el tiempo. Las marcas tienen que madurar para que la gente perciba el concepto. Y eso no lo logr&aacute;s sacando una promoci&oacute;n, como con las telas. Hay que hacer un trabajo de hormiga. Antes ven&iacute;a y dec&iacute;a: &ldquo;&iquest;Por qu&eacute; no funciona? Pongamos carteles en v&iacute;a p&uacute;blica, hagamos un evento, vistamos a Pampita&rdquo;. Pero nada funciona m&aacute;gicamente. El que quiere comprar ropa va a Once o a Flores y paga 200 pesos por una remera. En cambio, el que invierte en una prenda nuestra compra otra cosa. Quiere experiencia.

&iquest;Sos optimista?

S&iacute;. Pens&aacute; que cuando llegu&eacute; al pa&iacute;s no ten&iacute;a ni para comer. Mi padre era due&ntilde;o de una f&aacute;brica de fideos en Corea, pero un d&iacute;a se fundi&oacute; y tuvo que responder con sus bienes para no ir a la c&aacute;rcel. Perdi&oacute; casi todo y, enojado, decidi&oacute; irse a vivir al pa&iacute;s m&aacute;s lejano que pudo: Argentina

&iquest;Qu&eacute; record&aacute;s de esos primeros a&ntilde;os?

Mi familia tuvo que depositar el dinero que ten&iacute;a en el Banco Central para demostrar que era solvente. Durante seis meses se lo retuvieron y no tuvimos nada. Cuando se lo devolvieron, compr&oacute; un local destruido para vender ropa en una esquina de Trist&aacute;n Su&aacute;rez. Fui alba&ntilde;il, ayudante, pintor. Los fines de semana llov&iacute;a y mis amigos se lamentaban porque no iban a poder salir a bailar y yo, en cambio, me amargaba porque iban a caer las ventas.

&nbsp;

&iquest;Cu&aacute;ndo te independizaste?

Pasados unos a&ntilde;os el negocio ya estaba funcionando bien, incluso ten&iacute;a sucursales en la zona, pero mi pap&aacute; sent&iacute;a que hab&iacute;a un techo, as&iacute; que quiso poner una f&aacute;brica de ladrillos y que yo trabajara con &eacute;l. Le dije que no y me ech&oacute; de la casa. Empec&eacute; a mandar curr&iacute;culums y entr&eacute; a una empresa textil como cadete. A los tres meses era vendedor, a los seis manejaba toda la oficina y al a&ntilde;o era socio. Despu&eacute;s vino el default, me qued&eacute; con el 100% y empec&eacute; a ofrecer telas como broker. Es decir, yo cobraba una comisi&oacute;n por reunir al vendedor con el comprador. Hasta que me di cuenta de la cantidad de dinero que se llevaba el importador y quise hacerlo yo.

&iquest;Te amigaste con tu pap&aacute;?

S&iacute;, al poco tiempo. Hoy presume de ser el que me impuls&oacute; en los negocios. En parte es verdad: lo que s&eacute; me lo ense&ntilde;&oacute; mi viejo. Me dio todo al no darme nada. Nunca me festej&oacute; un cumplea&ntilde;os, nunca tuve un regalo. Siempre me ense&ntilde;&oacute; que las cosas hay que gan&aacute;rselas. Me inculc&oacute; la cultura del trabajo y eso est&aacute; bien. Quiz&aacute; est&aacute; mal lo que yo hago con mis hijas, que tienen chofer y van a un colegio de &eacute;lite.

&iquest;Y qu&eacute; opina tu padre del contraste entre tu educaci&oacute;n y la de ellas?

No se mete. El me crio de la mejor manera que pudo y sabe que yo hago lo que creo que es mejor para ellas. Aprend&iacute; ingl&eacute;s mirando Friends y chino buscando proveedores. Mi hija mayor tiene 8 a&ntilde;os y ya habla tres idiomas. Yo siempre miro para adelante. No me lamento de mi pasado. &ldquo;Moving Foward&rdquo; es mi lema. Pero una vez, cuando fui a una recorrida por la Universidad de Harvard, pens&eacute;: &ldquo;Si yo llegu&eacute; a este lugar en mi vida, imaginate si hubiera estudiado ac&aacute;&rdquo;. Entonces quiero que ellas tengan esa posibilidad. Claro que tengo mis miedos.

&iquest;Cu&aacute;les son?

No quiero que sean malas personas, que se crean superiores al resto. Pero reconozco que el ecosistema en el que crecen no ayuda. Yo me hice desde abajo y tengo amigos con tres aviones privados y otros que trabajan de alba&ntilde;iles. Gracias a eso hoy tengo flexibilidad.

Julio Kim, el empresario detrás de Naíma

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