En la inmensidad del norte de Chile se emplaza Wara, un refugio acogedor y sofisticado que dialoga en igual medida con el lujo, la geograf&iacute;a y la cultura prehisp&aacute;nica.&nbsp;

Hacer de las cosas simples un lujo. Esa es la filosof&iacute;a detr&aacute;s de <a href="http://wara.cl/">Wara</a>, un hotel boutique emplazado en Copiap&oacute;, en pleno Desierto de Atacama, pero en un territorio mucho menos explorado que el tradicional San Pedro. Aqu&iacute; se mantiene casi intacta la sensaci&oacute;n de estar visitando un paisaje &uacute;nico en el mundo, con el mar de dunas m&aacute;s grandes de Chile alrededor y, sobre la cabeza, cielos que permiten avistamientos astrol&oacute;gicos como si se tratara de efectos especiales. Esa magia fue la que hace m&aacute;s de 35 a&ntilde;os conquist&oacute; a Susana Ar&aacute;nguiz, quien en 2014 decidi&oacute; materializar su propia visi&oacute;n de vida construyendo Wara.&nbsp;
Como si la escenograf&iacute;a cinematogr&aacute;fica dada por la naturaleza no fuera suficiente, este lugar se inaugur&oacute; recibiendo al equipo completo de la filmaci&oacute;n de Los 33 (Patricia Riggen), pel&iacute;cula basada en la historia real de los mineros chilenos atrapados en la mina San Jos&eacute;. Actores como Juliette Binoche, Antonio Banderas, Gabriel Byrne, James Brolin y Rodrigo Santoro fueron los primeros en disfrutar de sus instalaciones. Todos prometieron volver.&nbsp;
Wara significa luz de estrella en quechua, y de ah&iacute; que este hotel fuera dise&ntilde;ado para no emitir contaminaci&oacute;n lum&iacute;nica luego del atardecer para que sus hu&eacute;spedes puedan apreciar en total magnitud los cielos estrellados. No por nada en 2019 fue reconocido como el &ldquo;Mejor lugar de relajaci&oacute;n de Am&eacute;rica&rdquo; por los premios Boutique Hotel Awards, iniciativa promovida desde el Reino Unido para destacar la excelencia en alojamientos de este tipo. La pandemia de por medio puso un stop a la actividad hotelera habitual del norte del pa&iacute;s &ndash;y por cierto del mundo&ndash;, por eso ahora se preparan para volver a recibir a visitantes que busquen una experiencia de viaje &uacute;nica, o lo suficientemente aislada para sentir la tranquilidad y el silencio del entorno.

EL VALOR DE LO ANCESTRAL
Cuando en 1984 Susana Ar&aacute;nguiz se mud&oacute; al norte de Chile como una forma de escapar de la rutina y de &ldquo;salirse del sistema&rdquo;, como ella misma explica, nunca pens&oacute; que habr&iacute;a un antes y un despu&eacute;s en su vida. Viaj&oacute; desde Santiago &ndash;donde estudiaba construcci&oacute;n civil y paisajismo&ndash; a Totoral, un poblado de la Regi&oacute;n de Atacama, esperanzada de poder darle en el desierto un significado mayor a su propia existencia. Hasta ah&iacute; lleg&oacute; aperada de materiales para construir su propia casa y aprender a vivir de un modo m&aacute;s simple. Pronto comenz&oacute; a impartir talleres de artesan&iacute;a en totora a las mujeres de la zona, junto con sistemas de autosuficiencia alimenticia y energ&eacute;tica. Tambi&eacute;n se empap&oacute; de la cultura ancestral de la regi&oacute;n y se propuso rescatar la antigua tradici&oacute;n de la quincha (construcci&oacute;n ind&iacute;gena de ramas y barro), t&eacute;cnica que hoy emplea en habitaciones y &aacute;reas comunes de su premiado hotel cinco estrellas con techos armados a partir de totoras, algo que se ha convertido en su sello. &ldquo;Me vine por una b&uacute;squeda del sentido de la vida, con ganas de aportar un grano de arena a personas que viv&iacute;an aisladas y con pocos recursos&rdquo;, cuenta, pero en el camino fue descubriendo una forma de darle a la regi&oacute;n una forma de desarrollo que no conoc&iacute;a.&nbsp;
Entre los a&ntilde;os 1800 y 1900, Copiap&oacute; fue famosa en el exterior por su riqueza mineral debido al descubrimiento de los yacimientos de plata. Toda esa historia est&aacute; impregnada en la arquitectura y decoraci&oacute;n de Wara. As&iacute; es como conviven l&aacute;m paras de l&aacute;grimas de este material con muros de barro y textiles repletos de color tejidos por mujeres colla de la regi&oacute;n. Al sur de Chile llegaron los mapuches desde la Patagonia argentina; en el norte sucedi&oacute; lo mismo con este pueblo ind&iacute;gena, que trajo desde el noroeste de ese pa&iacute;s una rica artesan&iacute;a textil que Susana se ha encargado de destacar en cada rinc&oacute;n del hotel. &ldquo;Me interesan estas culturas y la riqueza de su trabajo y forma de vida&rdquo;, explica.

Wara significa luz de estrella en quechua, y de ah&iacute; que este hotel fuera dise&ntilde;ado para no emitir contaminaci&oacute;n lum&iacute;nica luego del atardecer para que sus hu&eacute;spedes puedan apreciar en total magnitud los cielos estrellados

REINTERPRETANDO EL LUJO
As&iacute; como transmitir la idea de que Atacama es una alternativa mucho m&aacute;s pr&iacute;stina para adentrarse en el desierto, el gran desaf&iacute;o de Susana Ar&aacute;nguiz y el equipo de Wara es poner en valor la regi&oacute;n y sus localidades aleda&ntilde;as. Por eso asegura que parte de la experiencia que ofrecen es promover y aprovechar al m&aacute;ximo la zona, siempre a trav&eacute;s de actividades que combinen aventura con las comodidades de un hotel de sus caracter&iacute;sticas. &ldquo;Queremos cocinar en el exterior, observar las estrellas alrededor de una fogata y ofrecer experiencias como una cena &iacute;ntima en la mitad de las dunas, siempre bien atendidos y con buena gastronom&iacute;a&rdquo;, aseguran. Seg&uacute;n la creadora del proyecto, la simpleza de estas cosas es lo que hace que, luego de una estad&iacute;a, cada persona regrese a su casa feliz y con una mirada diferente sobre la vida. &ldquo;En esos momentos uno se cuestiona, piensa mucho y eso se convierte en algo especial para no olvidar&rdquo;, recalca.&nbsp;
El hotel cuenta con siete habitaciones &ndash;m&aacute;s bien villas&ndash; de entre 50 y 90 metros cuadrados separadas entre s&iacute;, con terraza y jard&iacute;n propio, para ofrecer m&aacute;xima privacidad. En cuanto a la gastronom&iacute;a, hacia la costa de la Regi&oacute;n de Atacama abundan los peces de roca y mariscos como ostiones, pulpos o locos. En Wara esos productos del mar se combinan con guarniciones t&iacute;picas del norte de Chile, como la qu&iacute;noa, o con las verduras y hortalizas de su propia huerta org&aacute;nica. Tambi&eacute;n se abastecen de proveedores locales con el fin de fomentar la econom&iacute;a circular, siempre fiel a la visi&oacute;n sustentable de Susana.
El clima de Copiap&oacute; es uno de los mejores de Chile, con el sol pr&aacute;cticamente asegurado durante todo el a&ntilde;o. Por lo mismo, la vida en Wara se desarrolla no solo dentro de sus instalaciones, sino tambi&eacute;n en sus alrededores. Bajo esa premisa nace la extensi&oacute;n Wara N&oacute;made, un glamping a 45 minutos de distancia que se mimetiza con el paisaje y ofrece todas las comodidades del hotel junto con la experiencia de acampar frente al mar aun estando en el desierto. Una combinaci&oacute;n absoluta de vida silvestre con el nuevo lujo; ese que se mide por los momentos que destinamos a conectarnos con lo verdaderamente esencial y a disfrutar de todo lo que suceda en el entretanto.

Estrella del desierto

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