Caprichosa como toda lista, esta propone un recorrido que de alguna manera es un viaje: por la ciudad de Buenos Aires, la selva misionera, M&eacute;xico, los mundos que habitan en el lenguaje y en el inconsciente. Cinco odiseas que nos dej&oacute; este 2023.

Esta novela sobre dos personajes exc&eacute;ntricos que caminan por Buenos Aires se public&oacute; por primera vez en 2010 por Edhasa y este a&ntilde;o fue resucitada por Alquimia Ediciones con un dise&ntilde;o de tapa precioso y fotograf&iacute;as de la ciudad de Buenos Aires en blanco y negro. Se trata de la primera novela de Mar&iacute;a Sonia Cristoff (Trelew, 1965), que este a&ntilde;o se coron&oacute; con el Premio Nacional de Novela &ldquo;Sara Gallardo&rdquo; por su &uacute;ltimo libro, Derroche (2022). La escritura de Bajo influencia es tan vagabunda y rizom&aacute;tica como sus personajes y Cristoff construye un ritmo que se parece extraordinariamente al de una caminata por la ciudad de la furia. Llena de est&iacute;mulos, derivas, comedia y belleza. Cecilio y Tonia, este par de flaneurs neur&oacute;ticos, buscan siempre tener la &uacute;ltima palabra, el control del relato, pero en definitiva se dejan contaminar por la deriva de una ciudad tan absorbente como monstruosa. Esa fascinaci&oacute;n por la metr&oacute;poli est&aacute; en el centro de los proyectos art&iacute;sticos de Cecilio, que lleva adelante un poco a modo de burla y un poco en serio: &ldquo;Estaba pensando en hacer un testamento para que (...) se le permitiera a los arque&oacute;logos urbanos del futuro usar sus pulmones como material de estudio. Que ellos hablaran de lo que era la Ciudad de Buenos Aires: alv&eacute;olos, bronquiolos, pleuras, hilios y l&oacute;bulos contando qu&eacute; se produc&iacute;a y qu&eacute; se desechaba medio siglo atr&aacute;s. La biograf&iacute;a de la ciudad adherida a sus pulmones&rdquo;. Esta y otras ideas surrealistas son parte del juego conversacional de estos caminantes llevados, como se hipotetiza en alg&uacute;n momento, &ldquo;por una qu&iacute;mica o una abulia que ellos no controlan&rdquo;.
Alquimia Ediciones

Bajo influencia, de María Sonia Cristoff

Si tuvi&eacute;ramos que catalogar este libro, probablemente dir&iacute;amos que se trata de ensayos sobre poes&iacute;a, pol&iacute;tica, historia argentina. Pero nos quedar&iacute;amos cortos. Porque en realidad es una especie m&aacute;s rara, manifiesto vital, uno de esos libros I ching que se pueden abrir en cualquier parte para encontrar una perla de verdad. Este libro publicado originalmente en 2011 se encontraba agotado hace a&ntilde;os y en 2023 la editorial Caballo Negro lo volvi&oacute; a poner en nuestras manos para que podamos leer a Diana Bellesi (Zavalla, 1946) indagando, preguntando: &ldquo;Siempre es pol&iacute;tica la poes&iacute;a, pero su poder un hecho &iacute;ntimo, &eacute;tico, y por ello m&oacute;vil, dispuesta a la ca&iacute;da de cualquier certeza. &iquest;No la vemos acaso interrogar con tanta certeza como afirma?&rdquo;. O siendo perfectamente incisiva y cierta: &ldquo;La parodia saca lo podrido de la herida, la mirada inocente y afirmativa la sutura&rdquo;. Pero m&aacute;s all&aacute; de las citas subrayables, que abundan, estos ensayos en su conjunto construyen una visi&oacute;n del mundo, del lenguaje y de la humanidad tan luminosa como exacta, donde, parafraseando a Bellesi, la b&uacute;squeda de las palabras justas y de un mundo justo son una y la misma.
Caballo Negro

La pequeña voz del mundo, de Diana Bellesi

&ldquo;Esta es una novela sobre la electricidad que nos habita&rdquo; dice Yuri Herrera sobre Isla partida. Electricidad que desborda los pasajes neuronales de una mujer atravesando un duelo. La escritura narra ese viaje, esa deriva de una mente convulsionada: &ldquo;las horas se enroscan entre sus piernas como un animal dom&eacute;stico&rdquo;. Organizada en cap&iacute;tulos cortos que son como destellos del inconsciente, el libro se va armando sigilosamente, rozando pero nunca mostrando del todo su n&uacute;cleo. Si se quiere ver el abismo hay que asomarse y ese es el juego que propone Isla partida. &ldquo;De cerca nadie es normal&rdquo;, escribe Daniela Tarazona (Ciudad de M&eacute;xico, 1975). Como contrapunto al mosaico de textos, la novela tambi&eacute;n intercala im&aacute;genes del &ldquo;An&aacute;lisis espectral del electroencefalograma y potenciales relacionados a evento&rdquo; que la autora se realiz&oacute; en mayo de 2014, seg&uacute;n cuenta en una nota al final. La ficci&oacute;n entonces aparece como el &uacute;nico veh&iacute;culo para contar ese proceso org&aacute;nico que atraviesa la mente y el cuerpo. Una experiencia que desborda el lenguaje y a la vez solo puede exorcizarse all&iacute;: &ldquo;A ti va a crecerte el coraz&oacute;n hasta que asome por la boca&rdquo;.
Almad&iacute;a

Isla partida, de Daniela Tarazona

Perlas de ara&ntilde;a es una novela c&aacute;lida y conmovedora sobre una abuela y nieta que se exilian en M&eacute;xico durante la dictadura argentina. Sin escaparle a la oscuridad del tema, Valentina Winocur (C&oacute;rdoba, 1991) logra construir un universo familiar tan vital que funciona realmente como refugio de la pesadilla de la historia. Esta familia rara y trunca se reconfigura tejiendo hilos que atan ambos espacios de pertenencia, Argentina y M&eacute;xico, y los desdibuja en una gran patria afectiva. Un hogar en donde los potes de dulce de leche y los paquetes de polenta conviven con artesan&iacute;as de Tlacomulco y altares del D&iacute;a de los Muertos: &ldquo;Otra foto en blanco y negro mostraba a sus compa&ntilde;eras del Partido; muchas de ellas desaparecidas. El altar se manten&iacute;a durante todo el a&ntilde;o, supongo que porque durante todo el a&ntilde;o nos faltaban&rdquo;. Aunque la relaci&oacute;n de esta abuela y nieta es entra&ntilde;able, las circunstancias que las llevaron a conformar esa familia nunca son romantizadas, y Catalina, la nieta que narra en primera persona, convive con el agradecimiento hacia su abuela y una rabia muy profunda: &ldquo;No entend&iacute;a por qu&eacute; era yo, y no la pelirroja, por ejemplo, la que no viv&iacute;a ah&iacute;, la que no ten&iacute;a a sus pap&aacute;s en ese cuarto&rdquo;. El desarraigo se hace presente en cada aspecto de sus vidas, en la precariedad con la que eligen vivir en M&eacute;xico, como subrayando todo el tiempo lo provisorio de esa residencia que un d&iacute;a se volvi&oacute; permanente. &ldquo;Recuerdo el calor dentro de nuestro Caribe, un auto viaje que no ten&iacute;a aire acondicionado. Lo hab&iacute;amos bautizado Cuba porque segu&iacute;a andando a pesar de estar muy golpeado&rdquo;, dice Catalina. Perlas de ara&ntilde;a es un coming-of-age sobre crecer en medio de la falta, donde la historia personal se entreteje con la historia pol&iacute;tica y el anhelo de pertenencia es herida y a la vez es potencia. Una novela para llorar y amar la Patria Grande.
Elefanta Editorial

Perlas de araña, de Valentina Winocur

En estos cuentos, Marina Closs (Posadas, 1990) mezcla dialectos, lenguas ind&iacute;genas y extranjeras de distintas comunidades de inmigrantes en una polifon&iacute;a tan frondosa como la selva. En una nota al final del libro, dice acerca del relato &ldquo;Jabal&iacute;&rdquo;: &ldquo;(...) como todos los dem&aacute;s relatos, se nutre de textos y formas orales propios de mi territorio y no tiene otra pretensi&oacute;n de realidad que la de alzar una peque&ntilde;a voz de miedo ante el tir&aacute;nico espa&ntilde;ol mon&oacute;tono&rdquo;. En definitiva, la imaginaci&oacute;n de Closs est&aacute; anclada en ese mestizaje, al que siempre le est&aacute; agregando sus propios condimentos y giros sint&aacute;cticos. Es que Closs es una maestra de la voz: sus personajes no hablan como nadie m&aacute;s, respiran en una cadencia propia, meticulosamente inventada. Como Rosita, la peluquera trans, que es consciente de la fascinaci&oacute;n que genera en sus clientas: &ldquo;todas me admiran y me roban mis palabras. &ldquo;&iquest;No es brutal?&rdquo;, me dice una rubia arrugada. Yo le digo que no, porque puso mi cara, us&oacute; mi palabra.&rdquo; Por estos cuentos circulan personajes casi mitol&oacute;gicos, al punto de que nos preguntamos si no existieron desde siempre. El monstruo camale&oacute;nico de "Pombero", el cuento que le da t&iacute;tulo al libro, que es &ldquo;un zorro o incluso una grieta. Una rosa o un hombre flaco, con ojos cristalinos, sombrero de paja y un bast&oacute;n&rdquo;. O Duka, la ni&ntilde;a que pas&oacute; a ser &ldquo;la se&ntilde;ora de Klade&rdquo; a los trece a&ntilde;os. Particularmente inolvidable es Suzumushi, la masajista japonesa que vive en una casa de madera blanca en la ruta camino a Ober&aacute; e inventa t&eacute;cnicas que descubre en extra&ntilde;as sesiones con sus pacientes, mientras recuerda su herencia y el desconcierto de sus antepasados: &ldquo;Cuando mi abuela vio por primera vez la selva, pens&oacute; que aqu&iacute; nunca hab&iacute;a ocurrido nada. Que aqu&iacute; no hab&iacute;a habido historia, sino d&iacute;a y luego noche&rdquo;.
P&aacute;ginas de espuma

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