La curadora argentina radicada en Nueva York reflexiona sobre las posibilidades del arte latinoamericano con relaci&oacute;n a las pol&iacute;ticas respecto a los migrantes.

Aim&eacute; Iglesias Lukin naci&oacute; en Merlo, Buenos Aires. Desde muy chica supo que quer&iacute;a estudiar historia del arte. Cuando cursaba la primaria en un colegio p&uacute;blico de Caballito, un profesor de pl&aacute;stica muy exigente, &mdash;&ldquo;Alejandro Agostini&rdquo;, recuerda&mdash;, le dio como tarea que investigara el impresionismo. A&ntilde;os m&aacute;s tarde, en un viaje familiar a Chicago vio en los museos aquellas pinturas impresionistas que hab&iacute;a investigado. Su deseo se reafirm&oacute;: &ldquo;Yo quiero trabajar en museos&rdquo;, dijo. A paso firme, estudi&oacute; Historia del Arte en la UBA y comenz&oacute; a trabajar con Fernanda Laguna en la m&iacute;tica galer&iacute;a porte&ntilde;a Belleza y Felicidad. Fue un tiempo breve pero que la marc&oacute; y le abri&oacute; nuevas puertas, llev&aacute;ndola a trabajar al Palais de Glace y Fundaci&oacute;n Proa.
A los 24 a&ntilde;os lleg&oacute; a Nueva York y como todo migrante, el camino hasta hoy tuvo sus momentos de turbulencia. Es una de las pocas &mdash;sino la &uacute;nica&mdash; argentina con un Doctorado en Historia del Arte en Estados Unidos. Hace 5 a&ntilde;os es la curadora en jefe de artes visuales de Americas Society, una organizaci&oacute;n dedicada a la educaci&oacute;n, debate y di&aacute;logo sobre las Am&eacute;ricas. En 2024, su programa anual &ldquo;Mito del Dorado&rdquo; fue incluido en el New York Times como una de las mejores propuestas del a&ntilde;o y, a principios del 2025, recibi&oacute; el Vilcek Price para la Promesa Creativa en el Trabajo Curatorial, que reconoce las contribuciones de inmigrantes en los Estados Unidos. Vive en el barrio de Harlem con su pareja, el escritor mexicano Alvaro Enrigue y su hijo. Y aunque a&uacute;n no planea dejar Estados Unidos, y contra todo pron&oacute;stico del American dream, extra&ntilde;a el estilo de vida de los pa&iacute;ses latinoamericanos.
L&rsquo;OFFICIEL: &iquest;Cu&aacute;les son los principales desaf&iacute;os de estar al frente de las artes visuales en Americas Society?
AIME IGLESIAS LUKIN: Americas Society fue una oportunidad laboral y un salto profesional muy grande. Es un trabajo muy lindo que combina la praxis con la teor&iacute;a.&nbsp;La instituci&oacute;n se fund&oacute; en 1965, y desde el comienzo abri&oacute; un programa de arte para promover la cultura de Am&eacute;rica Latina. Es el segundo espacio dedicado al arte latinoamericano en todo Estados Unidos, una suerte de punta de lanza para muchos artistas. De hecho, es la primera instituci&oacute;n no comercial que mostr&oacute; a Marta Minuj&iacute;n, y a otros artistas como Alfaro Siqueiros, la venezolana Gego o Juan Downey. Cuando comenc&eacute; a trabajar all&iacute; quise encontrar la manera de hacer convivir lo hist&oacute;rico con lo contempor&aacute;neo.
L&rsquo;O: &iquest;Qu&eacute; enfoque busc&aacute;s darles a las exhibiciones?
A.I.L: Me gusta pensar en propuestas para abordar otras geograf&iacute;as. La primera que hicimos fue sobre Feliciano G&oacute;mez Centuri&oacute;n, un artista paraguayo que vivi&oacute; en Argentina en los 90. A partir de un programa para artistas mujeres, cada primavera-verano les damos su primera muestra individual institucional en Nueva York.&nbsp;Adem&aacute;s, tenemos una serie de exhibiciones que se enmarcan en un programa anual. Ya abordamos el Mito del Dorado, que tuvo desde arte prehisp&aacute;nico y colonial hasta contempor&aacute;neo, pensando la idea del oro como un hito fundante del extractivismo en Am&eacute;rica Latina. Para el 2026 estamos armando una propuesta anual sobre la telenovela a trav&eacute;s de artistas desde los 80 hasta hoy.&nbsp;
L&rsquo;O: Recientemente ganaste el Vilcek Prize por tu labor curatorial. &iquest;Qu&eacute; representa en tu carrera?
A.I.L: Que exista una fundaci&oacute;n que resalta el rol de ser migrante, sobre todo hoy en d&iacute;a en Estados Unidos, donde el tema est&aacute; siendo tan denigrado y la humanidad de los migrantes tan cuestionada, me parece que es superimportante y es un honor. Migrar siempre es un poquito como resetear y empezar de cero. Pero est&aacute; bueno porque gracias a eso gan&eacute; experiencias, descubr&iacute; otros horizontes, conoc&iacute; gente de otros lugares con otras realidades. El premio me deja una sensaci&oacute;n bittersweet, como dicen ac&aacute;, un poco agridulce, porque cae en una &eacute;poca en que la idea de ser migrante hay que defenderla con u&ntilde;as y dientes.&nbsp;

&ldquo;Me gusta pensar propuestas para abordar otras geograf&iacute;as&rdquo;.

L&rsquo;O: &iquest;El contexto influye en la producci&oacute;n art&iacute;stica?
A.I.L: Much&iacute;simo. Los artistas son los primeros que sufren ante las crisis econ&oacute;micas y el mundo est&aacute; viendo un reajuste del poder muy intenso. En Estados Unidos estamos en un momento de mucha censura sobre lo que se puede hacer y lo que no. Me parece que hay una inteligencia en el arte para reflejar la realidad m&aacute;s all&aacute; de los discursos hegem&oacute;nicos. En el mundo de hoy lo m&aacute;s importante es armar alianzas, conexiones y pensar cosas juntos. Eso nos da m&aacute;s fuerzas, m&aacute;s recursos y mejores herramientas, perspectiva y flexibilidad.&nbsp;
L&rsquo;O: &iquest;C&oacute;mo cre&eacute;s que el arte puede hacer frente a las crisis contempor&aacute;neas?
A.I.L: Hay muchos campos de resistencia y negociaci&oacute;n con el poder. Lo interesante de la obra de arte es que te cuenta la realidad de una manera distinta, un poquito indirecta y muchas veces metaf&oacute;rica. A trav&eacute;s de distintas estrategias enfatiza algo distinto de la realidad tal como la vemos, desde un nuevo &aacute;ngulo. Hay que defender ese lugar, esa experiencia y principalmente a los artistas que est&aacute;n contando una historia.&nbsp;
L&rsquo;O: &iquest;C&oacute;mo ha cambiado y qu&eacute; relevancia tiene hoy el trabajo del curador?
A.I.L: En un principio era un oficio absolutamente administrativo. Desde la segunda mitad del siglo XX se produce una especie de progresiva categorizaci&oacute;n y mistificaci&oacute;n de la figura del curador, a trav&eacute;s de algunos nombres que marcaban la agenda y que ten&iacute;an un gesto bastante grandilocuente de la curadur&iacute;a como autoridad. Yo soy de la generaci&oacute;n de los profesionales que estamos un poco cansados de eso. Un buen curador tiene que habilitar el espacio para que el artista y la obra hablen. Creo que hay instancias en que las exhibiciones requieren nuestra firma, nuestra presencia pero hay otras que requieren un lugar de mediaci&oacute;n que habilite la pluralidad de voces.&nbsp;
Actualmente, Americas Society bajo la curadur&iacute;a del Dr. Edward J. Sullivan, en el marco del programa anual de Solo Show para artistas mujeres propuesto por Aim&eacute; Lukin, exhibe &ldquo;Fanny San&iacute;n: Ecuaciones Geom&eacute;tricas&rdquo;, la primera muestra individual retrospectiva de la artista colombiana en Nueva York. Se puede visitar hasta el 26 de julio de 2025.

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