Una exposici&oacute;n en la Filarm&oacute;nica de Par&iacute;s, dedicada a los estrechos v&iacute;nculos de Basquiat con la m&uacute;sica, promete ser todo un acontecimiento.

Entre las &eacute;pocas a las que nos gustar&iacute;a teletransportarnos, la Nueva York de los a&ntilde;os 70 y 80 ser&iacute;a una escala indispensable aunque solo fuera para descubrir, en directo, la jubilosa obra de Jean-Michel Basquiat y embriagarse con su extraordinaria vitalidad. En sinton&iacute;a con una ciudad efervescente, all&iacute; la m&uacute;sica del ma&ntilde;ana se inventa cada d&iacute;a y prepara el terreno f&eacute;rtil donde, d&eacute;cadas despu&eacute;s, los artistas de hoy siguen viniendo a buscar inspiraci&oacute;n para alimentar su propia creatividad. Una colecci&oacute;n de casi tres mil discos da fe de la apasionada relaci&oacute;n del pintor con la m&uacute;sica, y la variedad de g&eacute;neros representados no deber&iacute;a sorprender a nadie: &oacute;pera, soul, jazz, reggae, hip-hop, blues&hellip; Un autorretrato que revela una curiosidad &aacute;vida de sensaciones fuertes, en busca de nuevas formas. Al igual que en las &uacute;ltimas exposiciones, en particular la dedicada a Fela, la Filarm&oacute;nica ha desarrollado una escenograf&iacute;a inventiva, l&uacute;dica y pedag&oacute;gica. Ofrecer&aacute; una inmersi&oacute;n sensorial casi completa, armonizando pinturas (se presentar&aacute;n cerca de un centenar) y m&uacute;sica, y pondr&aacute; de relieve, m&aacute;s que la influencia, la interacci&oacute;n evolutiva entre m&uacute;sica y obra de Basquiat.

Nicolas Becker, ingeniero de sonido, compositor y dise&ntilde;ador sonoro de arte contempor&aacute;neo (para Philippe Parreno) y cine (para I&ntilde;&aacute;rritu), ha concebido un material musical org&aacute;nico gracias a Bronze, un programa inform&aacute;tico que imagina asociaciones imprevisibles y ofrece una banda sonora infinitamente recompuesta. Sabemos que no todo el mundo experimenta una obra de arte de la misma manera; por lo tanto, es natural que cada cual escuche una m&uacute;sica diferente. Pocos cuadros en la historia cantan, gritan, improvisan en torno a ret&iacute;culas arm&oacute;nicas con tanta fuerza como los de Basquiat, y este fruct&iacute;fero di&aacute;logo estructura el planteamiento escenogr&aacute;fico. La exposici&oacute;n recuerda que antes que pintor, Basquiat fue m&uacute;sico, que frecuentaba la escena no-wave con su grupo Gray (por donde pas&oacute; Vincent Gallo), en particular los imprescindibles DNA y The Lounge Lizards, cuya influencia volver&iacute;a a inspirar veinte a&ntilde;os m&aacute;s tarde el universo de los Yeah Yeah Yeahs, The Kills, TV on the Radio... En este sentido, se podr&aacute; ver la extra&ntilde;a Downtown 81, dirigida por Edo Bertoglio, que sigue las aventuras urbanas de un artista encarnado por Basquiat a trav&eacute;s de un Lower East Side en ruinas. Por supuesto, se destaca la explosi&oacute;n est&eacute;tica y pol&iacute;tica de las escenas del hip-hop y el street-art, que reconfiguraron el enfoque de la pintura, sugiriendo nuevos y decisivos planteamientos t&eacute;cnicos y estructurales.

Tambi&eacute;n se podr&aacute;n ver las sublimes polaroids de Maripol, que captan a los protagonistas de la escena neoyorquina, desde John Lurie a Debbie Harry, pasando por Klaus Nomi y Madonna, y le aportan un toque rom&aacute;ntico te&ntilde;ido de melancol&iacute;a.
Se trata menos de una exposici&oacute;n que de una biograf&iacute;a sensible del pintor. Muestra la multiplicidad de sus inspiraciones y la complejidad de una personalidad que merece algo mejor que los t&oacute;picos habituales que lo reducen, injustamente, a un artista fugaz y maldito.
Como la Filarm&oacute;nica es adem&aacute;s un magn&iacute;fico lugar para escuchar conciertos, el consejo es no perderse nada: la creaci&oacute;n a medida de Chassol, Eric Bibb, la reciente revelaci&oacute;n Leyla McCalla...
Por &uacute;ltimo, en las mismas fechas, la Fundaci&oacute;n Louis Vuitton presentar&aacute; la exposici&oacute;n "Basquiat X Warhol, &Agrave; quatre mains" (Basquiat X Warhol, A cuatro manos), un oportuno recordatorio de los ecos, reflejos y relevos que ofrecen sus respectivas obras.
"Basquiat Soundtracks", hasta el 30 de julio, en la Filarm&oacute;nica de Par&iacute;s, y "Basquiat X Warhol, &Agrave; quatre mains", hasta el 28 de agosto, en la Fundaci&oacute;n Louis Vuitton.

Traducci&oacute;n: Dolores Gil

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