La muestra Belleza marr&oacute;n destaca los rostros y las pieles que no aparecen en las publicidades y enfrentan prejuicios por su color.

Hace un tiempo, una actriz afroamericana que actuaba en series de Disney denunci&oacute; que, por a&ntilde;os, el equipo de estilismo de la serie le alis&oacute; el pelo hasta arruin&aacute;rselo. No era una mera queja de diva, lo que la actriz quiso visibilizar es el grado de eurocentrismo de nuestro concepto de belleza: ese equipo de profesionales no solo buscaba borrar los rasgos de su identidad racial con un alisador, sino que adem&aacute;s no ten&iacute;a idea de c&oacute;mo cuidar su tipo de pelo.
En nuestro pa&iacute;s, vivimos en estado de negaci&oacute;n con nuestro propio racismo estructural. Bajo la vigente fantas&iacute;a de que somos &ldquo;un pa&iacute;s blanco que vino de los barcos&rdquo;, se invisibiliza a las personas racializadas, que representan m&aacute;s del 56% de nuestra poblaci&oacute;n. En este contexto surge el colectivo &ldquo;Identidad Marr&oacute;n&rdquo;, que desde 2015 se dedica a concientizar, generar debates y activismo en torno a esta categor&iacute;a vac&iacute;a a la que quedan sujetas las corporalidades marrones en Argentina: &ldquo;No soy blanco ni soy negro, no soy el afroamericano de Estados Unidos y no soy el argentino europeo porte&ntilde;o. (...) Parec&eacute;s peruano, me dicen. De Filipinas, de Camboya, de Vietnam, de Indonesia. Todo menos argentino&rdquo; escribe el actor David Angel Gudi&ntilde;o, miembro del colectivo. La decisi&oacute;n de usar la palabra &ldquo;marr&oacute;n&rdquo; es fuertemente pol&iacute;tica: se trata de subrayar eso que a&uacute;na a todo un grupo de personas, que, a pesar de tener los or&iacute;genes m&aacute;s diversos, son v&iacute;ctimas de la misma discriminaci&oacute;n.&nbsp;
La muestra en el Centro Cultural Borges surge a partir de una colaboraci&oacute;n entre el colectivo y la reconocida fot&oacute;grafa argentina Alejandra L&oacute;pez. Para llevar a cabo Belleza marr&oacute;n, L&oacute;pez convoc&oacute; a Jorge Le&oacute;n, estilista de moda de larga trayectoria y actual vestuarista de la cantante Cazzu. &ldquo;La idea fue producir im&aacute;genes donde las mujeres y diversidades marrones fueran sujetxs de belleza y contar en el proceso con todos los dispositivos mainstream de la moda: fot&oacute;grafa, estilista, profesionales en maquillaje y pelo&rdquo;, cuenta L&oacute;pez.&nbsp;
Para Jorge Le&oacute;n, ser parte de este proyecto fue una experiencia transformadora: &ldquo;Fue una fiesta, un encuentro de mujeres empoderadas, inteligentes, profesionales. Todas ten&iacute;an una predisposici&oacute;n hermosa y para m&iacute; fue muy enriquecedor conocerlas y trabajar con ellas&rdquo;. L&oacute;pez se sorprendi&oacute; con la enorme apertura de las participantes: &ldquo;Ponerte en manos de un equipo que te va a decir c&oacute;mo vestirte, c&oacute;mo peinarte, c&oacute;mo pararte, puede ser muy estresante, por m&aacute;s que conf&iacute;es. La entrega que tuvieron me pareci&oacute; de una generosidad inmensa&rdquo;.&nbsp;
Cuando trabajaban en el concepto para las im&aacute;genes, L&oacute;pez y Le&oacute;n tuvieron muchos intercambios respecto a la paleta, los elementos a utilizar. Finalmente se decidieron por una de crudos, blancos y marrones &ldquo;para que no hubiera otros colores que compitieran con el de la piel&rdquo;. L&oacute;pez cuenta: &ldquo;Trabaj&eacute; muchos a&ntilde;os en medios, la cuesti&oacute;n de la hegemon&iacute;a de los modelos de belleza es algo que me hac&iacute;a ruido. Adem&aacute;s, ven&iacute;a siguiendo los debates de los integrantes de Identidad Marr&oacute;n y una de las cuestiones que plantean es c&oacute;mo desde los medios las personas marrones nunca aparecen asociadas a la belleza, siempre a la marginalidad&rdquo;.
Por eso L&oacute;pez y Le&oacute;n trabajaron en una producci&oacute;n elegante pero despojada, austera, donde el foco est&aacute; en celebrar la belleza de las participantes. &ldquo;El racismo es algo que se manifiesta solo en t&eacute;rminos de lo que se ve: no importa qui&eacute;n sos ni qu&eacute; hac&eacute;s. A una persona que es abogada y tiene cuatro maestr&iacute;as la tratan igual que a una persona supermarginal porque se gu&iacute;an por el color de la piel, por lo que se ve. Y justamente la fotograf&iacute;a tambi&eacute;n es lo que se ve, es pura superficie. Entonces me interesaba trabajar el discurso desde ese lugar. Hay una idea de C&eacute;sar Gonz&aacute;lez, el cineasta y escritor, que dice: &lsquo;&iquest;c&oacute;mo se combaten las im&aacute;genes? Con otras im&aacute;genes&rsquo;. Ese es un poco el objetivo de esta serie fotogr&aacute;fica&rdquo;, expresa L&oacute;pez.&nbsp;
Para acompa&ntilde;ar la muestra, Flora N&oacute;mada, artista visual y activista del colectivo, escribi&oacute; un texto en el que invita a pensar este proyecto como una oportunidad para armar y desarmar los est&aacute;ndares de belleza: &ldquo;Es una posibilidad a la que tendr&iacute;amos que poder acceder todos, todas y todes, que se ver&iacute;a incentivada si encontr&aacute;ramos en las pantallas y en los medios m&aacute;s rostros y pieles marrones, m&aacute;s rasgos ind&iacute;genas, m&aacute;s pluralidad de voces, experiencias, y or&iacute;genes.&rdquo;

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