Una florer&iacute;a que su due&ntilde;o describe como &ldquo;surrealista&rdquo; con ramos y arreglos que llevan materiales sorprendentes.

A los trece a&ntilde;os, Gerardo Acevedo trabajaba como repartidor de una florer&iacute;a tradicional de Buenos Aires y ayudaba a una amiga de su hermana con los arreglos florales para eventos. &ldquo;Estaba muy comprometido. Cuando ten&iacute;a que entregar algo, sal&iacute;a del colegio, tomaba el tren y corr&iacute;a desde la estaci&oacute;n para llegar pronto a mi casa&rdquo;. Due&ntilde;o de su destino, a&ntilde;os m&aacute;s tarde comenz&oacute; a trabajar en el staff de floristas del hotel Alvear y luego en el Sheraton y el Four Seasons. En el 2000, abri&oacute; una florer&iacute;a &ldquo;art&iacute;stica y diferente&rdquo;, pero tras la crisis de 2001 decidi&oacute; cerrarla. Comenz&oacute; a trabajar de manera independiente y se transform&oacute; en un ambientador muy requerido. Veinte a&ntilde;os despu&eacute;s, la pandemia del coronavirus y el confinamiento le despertaron nuevamente el deseo de tener su tienda. &ldquo;Empec&eacute; a hacer algunos arreglitos para revivir viejas &eacute;pocas y despu&eacute;s arm&eacute; un showroom en mi casa. De un d&iacute;a para el otro dije &lsquo;voy a ver cu&aacute;nto sale un local&rsquo;&rdquo;. Lo encontr&oacute; y lo prepar&oacute; durante tres meses hasta que el 19 de mayo abri&oacute; sus puertas. Se llama <a href="https://www.instagram.com/acevedogerardo/" target="_blank" rel="noopener">La Gracia </a>y la define como una &ldquo;florer&iacute;a surrealista&rdquo;. Venden flores, que pueden llevarse sueltas o en ramos; objetos y arreglos, que son como instalaciones armadas con papel, acetato, amapolas y ramas. &ldquo;Muy disruptivos. No tienen una raz&oacute;n de ser m&aacute;s que recrear la naturaleza con otra mirada y otros materiales&rdquo;. La respuesta de la gente es algo que todav&iacute;a le sorprende. &ldquo;El primer arreglo que vend&iacute; ten&iacute;a tres ramas naturales inter venidas con plumas, pelotitas y porotos. Me pareci&oacute; incre&iacute;ble&rdquo;. La tienda es un espacio de paredes altas en celeste claro. En el centro hay una mesa larga repleta de jarrones con flores de distintos colores y formas. Se suman estanter&iacute;as, sillones, un mostrador y un mural que pint&oacute; &eacute;l mismo en el que se ven cielo y naturaleza. &ldquo;Es un jard&iacute;n imaginado; lo hice para acompa&ntilde;ar al resto de la escena&rdquo;. La vidriera cambia cada diez d&iacute;as. Entre los &uacute;ltimos armados hubo desde una prenda tradicional china roja bordada hasta una selva con monos colgados en ramas. Lo que busca a la hora de ambientar eventos es sorprender. &ldquo;Para m&iacute; lo m&aacute;s importante es generar desconcierto; evit&oacute; caer en los clich&eacute;s&rdquo;. En <a href="https://www.instagram.com/acevedogerardo/" target="_blank" rel="noopener">La Gracia</a> sucede lo mismo. &ldquo;El entorno donde est&aacute;n las flores hace que se aprecien diferente. Es un todo, con luces y contrastes&rdquo;.
Fotograf&iacute;as: Germ&aacute;n Romani.&nbsp;

Nueva coordenada: La Gracia

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