Convertida en una de las capitales ineludibles para el arte contempor&aacute;neo, y en consonancia con la reciente edici&oacute;n de la feria ARCOmadrid, la efervescente capital espa&ntilde;ola ofrece, durante el invierno boreal, un sinn&uacute;mero de exposiciones a lo largo y ancho de sus museos, centros culturales y espacios art&iacute;sticos, dispuestos a brindar un panorama de los carriles por los que transita el arte contempor&aacute;neo hoy. A continuaci&oacute;n tres exposiciones imperdibles en Madrid.
&ldquo;En busca de la vida&rdquo; se titula la primera exposici&oacute;n individual de la artista filipino-canadiense Stephanie Comilang (Toronto, 1980) en el Museo Thyssen Bornemisza, una largu&iacute;sima sala en el subsuelo del museo, pr&aacute;cticamente a oscuras, donde se proyecta una emotiva videoinstalaci&oacute;n de dos canales, dos extensas pantallas de gran formato -una enfrentada a la otra- que transmiten en simult&aacute;neo una narraci&oacute;n acerca del v&iacute;nculo de la artista con el oc&eacute;ano y los organismos que lo habitan.
De manera po&eacute;tica, la artista toma como disparador el comportamiento de las mariposas monarca, de alas naranjas, que suelen viajar m&aacute;s de 4.000 kil&oacute;metros desde Estados Unidos y Canad&aacute;, hasta los bosques abiertos de M&eacute;xico. Estas mariposas realizan una de las migraciones m&aacute;s impresionantes del mundo animal ya que las que inician el viaje no son las mismas que llegan a su destino, sino que se reproducen y mueren durante la migraci&oacute;n, transmitiendo de generaci&oacute;n en generaci&oacute;n el sentido del viaje hasta alcanzar su meta. Esta estrategia para asegurar la supervivencia es tomada por la artista para abordar el simbolismo del oc&eacute;ano como lugar de traslado hacia un mundo mejor. Y tambi&eacute;n para reflexionar sobre la conexi&oacute;n entre las distintas formas de vida en nuestro planeta.
&ldquo;Distintas generaciones de seres humanos &lsquo;en busca de la vida&rsquo; comparten una experiencia similar a la de las mariposas, la de un viaje que les permita una vida digna&rdquo;, son las palabras de la curadora espa&ntilde;ola Chus Mart&iacute;nez, como parte del texto que acompa&ntilde;a la muestra.
En este video documental pero tambi&eacute;n ficcional, Comilang enlaza diferentes voces, diferentes relatos, historias de migrantes, de marineros filipinos, de pintores, de floristas, de especialistas en mariposas y hasta de un ni&ntilde;o mexicano llamado Sim&oacute;n que relata el momento exacto en que miles de mariposas sobrevuelan su destino y la incre&iacute;ble postal que ofrecen a la vista.
La muestra se completa en la sala con una serie de piezas textiles bordadas en fibra de pi&ntilde;a, un tejido tradicional filipino que hace alusi&oacute;n a su pasado colonial espa&ntilde;ol, ya que este material se empez&oacute; a producir en el archipi&eacute;lago tras la introducci&oacute;n de esta fruta por parte de los espa&ntilde;oles.
Producida por TBA21 y Sharjah Art Foundation, la muestra &ldquo;En busca de la vida&rdquo; permanecer&aacute; hasta el 26 de mayo en el Museo Thyssen de Madrid y presentar&aacute; un segundo episodio -que completa la narraci&oacute;n- en la 16 Bienal de Sharjah, en Emiratos &Aacute;rabes Unidos, en 2025.

“En busca de la vida” - Museo Thyssen Bornemisza

La fascinaci&oacute;n de los artistas por las formas de la naturaleza es tan antigua como el arte mismo. A trav&eacute;s de una colecci&oacute;n de piezas provenientes del parisino Centre d&rsquo;Art Georges Pompidou, CaixaForum Madrid presenta la exposici&oacute;n &ldquo;Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo&rdquo;, que reflexiona sobre el pasado y el presente de la relaci&oacute;n entre el arte y la naturaleza, as&iacute; como nuestros v&iacute;nculos con los seres vivos.
A trav&eacute;s de pinturas, esculturas, fotograf&iacute;as, arquitectura, cine y dise&ntilde;o, la exposici&oacute;n curada por Angela Lampe (conservadora del Centro Pompidou) propone un recorrido a lo largo de los siglos XX y XXI materializados en obras de arte que dan cuenta de su v&iacute;nculo con la naturaleza, como los paisajes surrealistas del espa&ntilde;ol Salvador Dal&iacute;, los m&oacute;viles del estadounidense Alexander Calder que toman su apariencia de las hojas de los &aacute;rboles o incluso, m&aacute;s ac&aacute; en el tiempo, las esculturas suspendidas del brasile&ntilde;o Ernesto Neto que con su formato emulan a esqueletos de gl&oacute;bulos, que el artista realiza en nylon, arena y otros materiales naturales.
La muestra da cuenta tambi&eacute;n del desarrollo -a principios del siglo XX- de las t&eacute;cnicas de fotograf&iacute;a microsc&oacute;pica, que dieron surgimiento a una est&eacute;tica basada en la biolog&iacute;a de los microorganismos, de la mano de fot&oacute;grafos, artistas, arquitectos y dise&ntilde;adores que elaboraron nuevos modos de mostrar la naturaleza. Movimientos art&iacute;sticos como el arte povera italiano o el land art estadounidense dieron cuenta tambi&eacute;n de otras visiones de la naturaleza, de las plantas, los bosques y paisajes.
En los &uacute;ltimos a&ntilde;os, con la importancia de la ecolog&iacute;a y de las problem&aacute;ticas medioambientales, los artistas han utilizado biomateriales o materias org&aacute;nicas para crear obras de arte conceptuales que evolucionan como organismos vivos. Tal es el caso del trabajo de la arquitecta y cient&iacute;fica israel&iacute; Neri Oxman, pionera en utilizar materiales como por ejemplo hilos de seda para sus dise&ntilde;os org&aacute;nicos, que toman la est&eacute;tica pero tambi&eacute;n la sabidur&iacute;a estructural de la naturaleza
Obras de Vasili Kandinsky, Le Corbusier, Paul Klee, Alberto Giacometti, Georgia O&rsquo;Keeffe y muchos otros completan el recorrido por la exposici&oacute;n que permanecer&aacute; hasta el 9 de junio en CaixaForum Madrid, el centro cultural que funciona en una antigua central el&eacute;ctrica y que posee un impresionante jard&iacute;n vertical de 24 metros de altura.&nbsp;

CaixaForum Madrid - “Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo”

La Casa Encendida es uno de los centros culturales m&aacute;s vanguardistas y modernos de la ciudad de Madrid, que suele dedicar su programaci&oacute;n a artistas emergentes. Por estos d&iacute;as y hasta el 28 de abril presenta &ldquo;Loving the alien&rdquo;, una exposici&oacute;n colectiva que incluye la obra de cuatro artistas de diversos or&iacute;genes, y que toma prestado su t&iacute;tulo de una famosa canci&oacute;n de David Bowie.
Al igual que en la canci&oacute;n del m&uacute;sico brit&aacute;nico, la muestra curada por Laura L&oacute;pez Paniagua, toma la polisemia de la palabra alien en ingl&eacute;s que refiere a lo ajeno, for&aacute;neo, extra&ntilde;o, outsider, desconocido, as&iacute; como tambi&eacute;n a lo extraterrestre.
Obras de las artistas Mari Katayama (Jap&oacute;n, 1987), Sandra Mujinga (Rep&uacute;blica del Congo, 1989), Ann Duke Hee Jordan (Corea, 1978) y Ovartaci (Dinamarca, 1894-1985) conforman el recorrido desplegado en dos salas del centro cultural que, con un tel&oacute;n de fondo que remite a la ciencia ficci&oacute;n, propone m&uacute;ltiples aproximaciones a la identidad y a la otredad desde tem&aacute;ticas como la naturaleza, la tecnolog&iacute;a, la historia, el g&eacute;nero o el colonialismo.&nbsp;
Cada artista, y cada historia narrada, son para la curadora &ldquo;un intento por explorar ficciones especulativas que nos permitan, quiz&aacute;, un cambio de paradigma en un mundo marcado por las incertidumbres de las guerras, la crisis ecol&oacute;gica y la inteligencia artificial&rdquo;. Un hilo conductor que se interroga por la percepci&oacute;n de la realidad, de los otros y de uno mismo.
El visitante se encontrar&aacute; por ejemplo con las figuras humanoides fantasmales, hechas de telas, y ambientadas con una penetrante luz verde que se filtra por toda la sala, de la artista Sandra Mujinga, mientras que Anne Duk Hee apuesta por la metamorfosis e imagina, a trav&eacute;s de sus obras en video, las criaturas en las que deber&iacute;amos convertirnos para sobrevivir en un planeta amenazado, en un gui&ntilde;o a la fil&oacute;sofa estadounidense Donna J. Haraway.&nbsp;
Por su parte, la japonesa Mari Katayama utiliza un suceso de su vida personal, sus piernas amputadas, para interrogarse acerca de cu&aacute;nto de nuestro cuerpo conforma nuestra identidad, un cuestionamiento que despliega a trav&eacute;s de autorretratos fotogr&aacute;ficos surrealistas.&nbsp;
Finalmente, Ovartaci es una artista que naci&oacute; bajo el nombre de Louis Marcussen, en 1894, y muy pronto se identific&oacute; como mujer. Luego de que se le negara el cambio de sexo que hab&iacute;a solicitado, se automutil&oacute; y pas&oacute; la mayor parte de su vida en un hospital psiqui&aacute;trico donde imagin&oacute; otros mundos en los que vivir, que plasm&oacute; en numerosos dibujos y pinturas, incluidas en esta exposici&oacute;n.

Tres exposiciones de arte imperdibles para visitar en Madrid

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