El paralelismo entre el tenista suizo Roger Federer y la &uacute;ltima creaci&oacute;n de Rolex se extiende m&aacute;s all&aacute; de lo evidente.

En el universo donde la excelencia deportiva y la alta relojer&iacute;a se encuentran, una alianza captura las miradas. Roger Federer, el hombre que convirti&oacute; cada partido en una lecci&oacute;n magistral de elegancia, porta en su mu&ntilde;eca una de las creaciones m&aacute;s audaces de Rolex: el Land-Dweller. El tenista dominaba el tiempo en la pista con precisi&oacute;n milim&eacute;trica, el reloj lo captura con una exactitud de d&eacute;cimas de segundo gracias a su calibre de alta frecuencia. No es casualidad que la manufactura suiza haya elegido a su compatriota como testimonial. Ambos comparten un ADN donde la innovaci&oacute;n nunca sacrifica la tradici&oacute;n y cada detalle marca la diferencia.
La asociaci&oacute;n entre Federer y Rolex comenz&oacute; en 2001 cuando fue nombrado embajador de la marca. Desde entonces, la marca acompa&ntilde;&oacute; al maestro suizo en sus veinte t&iacute;tulos de Grand Slam y en cada uno de sus ocho trofeos en Wimbledon, sus 310 semanas como n&uacute;mero uno y su ascenso a figura global que trascendi&oacute; las fronteras del deporte. Ahora, retirado de las pistas pero no del estilo, presenta al mundo la pieza que completa la trilog&iacute;a tierra, mar y aire de los Dweller.

El Land-Dweller, como Federer, rompe esquemas a trav&eacute;s de un dise&ntilde;o que combina elementos cl&aacute;sicos y contempor&aacute;neos. El brazalete integrado Flat Jubilee, primera incursi&oacute;n de Rolex en este territorio se funde de manera fluida con la caja Oyster, que ha sido reformulada. Brazalete y caja constituyen un conjunto equilibrado y armonioso en el que la alternancia entre acabado satinado y acabado pulido refuerza el juego de formas y vol&uacute;menes. La caja adem&aacute;s alberga una esfera que se destaca por sus delicados detalles y por su motivo &ldquo;nido de abeja&rdquo;. El paralelismo alcanza su punto m&aacute;s profundo en el interior. El calibre 7135 late a cinco hercios (36.000 alternancias por hora) con la misma regularidad con que el coraz&oacute;n de Federer manten&iacute;a su pulso estable en los momentos m&aacute;s cr&iacute;ticos de un partido.
El Land-Dweller se presenta en tres versiones distintas: Rolesor (combinaci&oacute;n de acero Oystersteel y oro blanco) con esfera en blanco intenso; de oro Everose con brillantes de talla baguette; en platino 950 con la exclusiva esfera azul glaciar.&nbsp;
Federer revolucion&oacute; su deporte con un estilo fluido que desafiaba las leyes de la f&iacute;sica; el Land-Dweller lleg&oacute; para transformar la relojer&iacute;a cl&aacute;sica.

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