La periodista y la cantautora comparten la sensibilidad que nutre sus oficios. “Somos chicas de esta época”, dicen.

Loli Molina y Tamara Tenenbaum tienen una an&eacute;cdota para contar por el resto de sus vidas. Si en alg&uacute;n momento esto de los barbijos y la distancia social se transforma en un recuerdo, ellas podr&aacute;n decir que lo &uacute;ltimo que hicieron antes de la llegada de la pandemia fue compartir un almuerzo. Fue un mediod&iacute;a de mediados de marzo de 2020, en un restaurant de Palermo y con sus smartphones envi&aacute;ndoles notificaciones muy desalentadoras: sus fechas &ndash;shows, charlas o reuniones&ndash; empezaban a ser canceladas a ra&iacute;z de la cuarentena.

Aquel d&iacute;a, Loli pidi&oacute; lasagna de polenta y Tamara prob&oacute; por &uacute;ltima vez un plato que le encantaba, el Gracias Paraguay, que entre sus varios ingredientes lleva arroz yaman&iacute;, porotos aduki, chip&aacute; guaz&uacute; y pico de gallo con palta. Meses despu&eacute;s, cuando las cosas empezaron a flexibilizarse un poco, ya no formaba parte del men&uacute; del local. &ldquo;Eso es algo muy porte&ntilde;o, &iquest;no? Quejarte porque te sacan tu plato preferido&rdquo;, dice Tenenbaum, como rest&aacute;ndole importancia, una observaci&oacute;n sutil que mezcla la lectura social con el humor de una sitcom.&nbsp;

Aunque en ese momento ya eran buenas amigas, se hab&iacute;an conocido unos pocos meses antes, una noche en la que ambas participaban de una lectura. &ldquo;Contale c&oacute;mo nos conocimos en Venecia&rdquo;, bromea ahora Loli, para dar cuenta de que en aquel encuentro hubo una especie de flechazo inmediato. Y entonces s&iacute;, cuentan que se conocieron en el Club Cultural Matienzo, en noviembre de 2019, en una fecha en la que Loli tocaba y Tamara le&iacute;a. La artista multidisciplinaria y gestora cultural Maia Tarcic las present&oacute;. &ldquo;Nos sugiri&oacute; que nos sent&aacute;ramos juntas, as&iacute; que comimos pizzas y tuvimos una conexi&oacute;n instant&aacute;nea. Yo conoc&iacute;a a Tam por sus libros, tambi&eacute;n la segu&iacute;a en Twitter&rdquo;, dice Molina.

Tamara redondea: &ldquo;Para m&iacute; eso es algo muy lindo. Yo reconoc&iacute;a su m&uacute;sica, pero nos cruzamos en ese evento y a partir de ah&iacute; empezamos a chatear. Hac&iacute;a a&ntilde;os que no me pasaba eso, conocer a alguien en la vida real antes que en internet&rdquo;.

&ldquo;Su voz de duende no se parece a nada. Admiro mucho a la gente que como Loli arma una obra, que tiene un respeto por lo que est&aacute; construyendo: una po&eacute;tica, un universo distinto&rdquo;. Tamara&nbsp;Tenenbaum.&nbsp;

Loli Molina. Fotografías por Germán Rromani. Estilismo por Jorge León.

Cuando se les pregunta qu&eacute; es lo que m&aacute;s le gusta a una de la otra &ndash;digamos, qu&eacute; le gusta a Tamara de la m&uacute;sica de Loli y qu&eacute; le gusta a Loli de la escritura de Tamara&ndash;, ninguna de las dos ahorra elogios. &ldquo;Lo primero que escuch&eacute; de ella, hace varios a&ntilde;os, fueron sus covers. Y ah&iacute; ya me impact&oacute; su maestr&iacute;a en la guitarra, porque no es algo tan com&uacute;n, tiene un gran dominio del instrumento&rdquo;, comienza Tenenbaum.

Despu&eacute;s agrega: &ldquo;Su voz de duende no se parece a nada. Admiro mucho a la gente que como Loli arma una obra, que tiene un respeto por lo que est&aacute; construyendo: una po&eacute;tica, un universo distinto. Todo eso est&aacute; en su m&uacute;sica y en sus letras. No s&eacute; si es una cuesti&oacute;n generacional, pero a m&iacute; me gusta escuchar discos enteros. No armo listas random&hellip;escuchar es otra cosa, ni uso auriculares porque para m&iacute; la m&uacute;sica es como leer un libro: una actividad exclusiva&rdquo;.

Y finaliza con otra observaci&oacute;n precisa de la m&uacute;sica de Loli: &ldquo;Ella trabaja con un concepto, sobre todo en su &uacute;ltimo &aacute;lbum. Son canciones ambiciosas, en las que nunca te encontr&aacute;s con algo obvio. Eso me seduce, son texturas po&eacute;ticas que no necesariamente escuch&aacute;s cuando prend&eacute;s la radio. Admiro y valoro a las mujeres ambiciosas&rdquo;.

Cuando le llega su turno, Loli se explaya: &ldquo;A m&iacute; me encanta el hecho de que hay muchas &lsquo;Tams&rsquo;. Est&aacute; la de Twitter, que es valiente y aguda, es una persona que dice cosas, y a m&iacute; me gusta mucho esa faceta. Despu&eacute;s est&aacute; la de los cuentos, inteligente y po&eacute;tica. Y est&aacute; la &lsquo;modo ensayo&rsquo;, que me encanta, porque es ensayo con mucho de ella, y eso me parece supervaliente. Hay muchas personas con recursos al momento de escribir, pero eso no implica volcarse con valent&iacute;a. Tam lo consigue, tiene una manera muy contundente de decir las cosas&rdquo;.

&ldquo;Hay muchas personas con recursos al momento de escribir, pero eso no implica volcarse con valent&iacute;a. Tam lo consigue, tiene una manera muy contundente de decir las cosas&rdquo;. Loli Molina.&nbsp;

Tamara Tenenbaum. Fotografías por Germán Rromani. Estilismo por Jorge León.

En el a&ntilde;o en que se conocieron, 2019, ambas publicaron trabajos importantes para sus carreras, obras consagratorias cuyos t&iacute;tulos se parecen a nombres de canciones de Joni Mitchell: Lo azul sobre m&iacute;, un &aacute;lbum de profunda delicadeza grabado con guitarra espa&ntilde;ola y un cuarteto de cuerdas, y El fin del amor, un ensayo feminista que plantea una nueva manera de pensar las relaciones.

Cada uno siembra una declaraci&oacute;n de la forma en que Molina y Tenenbaum comprenden los sentimientos de estos tiempos. Y a su manera, tienen varios puntos en com&uacute;n, como si el libro pudiera consumirse como un disco y el disco, como un libro. &ldquo;Puede ser, se consumen as&iacute;&rdquo;, dice Tamara. &ldquo;En mi libro hay pasajes m&aacute;s hiteros, me doy cuenta porque las chicas los subrayan y los comparten en sus stories&rdquo;.&nbsp;

Despu&eacute;s a&ntilde;ade: &ldquo;Como si formaras una comunidad. En la m&uacute;sica se toca en vivo y hay algo que necesit&aacute;s del amor que est&aacute; del otro lado. Fue lo que m&aacute;s sufrieron en pandemia mis amigos m&uacute;sicos, m&aacute;s all&aacute; de lo econ&oacute;mico: el cuerpo vivo frente a vos. Lo entiendo, la gente sigue tu obra&rdquo;.

&ldquo;Es una cuesti&oacute;n de resonancia o de inconsciente colectivo&rdquo;, agrega Loli. &ldquo;Hay muchas mujeres creadoras haciendo cosas muy personales, poni&eacute;ndonos en el mundo de una manera muy franca, muy de esta &eacute;poca. Y nosotras somos chicas de esta &eacute;poca, tenemos la misma edad, somos de la misma ciudad, y de alguna manera eso habla de lo que hacemos&rdquo;.&nbsp;

Fotograf&iacute;as por Germ&aacute;n Romani.&nbsp;Estilismo por Jorge Le&oacute;n.

Loli Molina y Tamara Tenenbaum

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