Aprendi&oacute; a separar la persona del personaje. Hoy Mon Laferte tiene nuevos motivos para seguir cantando y subirse a un escenario.

Tita Merello, tiene un cameo &ndash;invisible pero poderoso&ndash; en los primeros segundos del tr&aacute;iler del reci&eacute;n estrenado documental Mon Laferte, te amo (Netflix). &ldquo;Como esta cantante argentina a la que le preguntan qui&eacute;n le ense&ntilde;&oacute; a cantar y ella dice: el hambre&rdquo;, se oye decir a Mon: &ldquo;Yo aprend&iacute; a hacer todo tipo de gracias por hambre&rdquo;.&nbsp;
El hambre la hizo salir de su casa en la Poblaci&oacute;n G&oacute;mez Carre&ntilde;o de Vi&ntilde;a del Mar a los trece a&ntilde;os para cantar el &ldquo;Popurr&iacute;&rdquo; de Pandora en la calle Valpara&iacute;so o arriba de un cami&oacute;n en medio de campa&ntilde;as electorales. Casi treinta a&ntilde;os despu&eacute;s, Montserrat sigue haci&eacute;ndolo, pero las razones no solo han cambiado, sino que se han complejizado.&nbsp;
&ldquo;Siendo ya adulta me di cuenta de que muchas de las cosas que he hecho tienen que ver con una necesidad, no solo de atenci&oacute;n, sino que tambi&eacute;n de supervivencia. Algunos se matan estudiando para tener una carrera porque creen que as&iacute; van a tener un mejor futuro. Hay quienes migran. Yo aprend&iacute; siendo muy chica que como cantaba bonito, y si a eso le pon&iacute;a m&aacute;s color, me iba bien. Y yo vengo de una familia humilde, entonces hab&iacute;a necesidades econ&oacute;micas, y cuando cantaba en la calle, claro, mientras m&aacute;s esc&aacute;ndalo, m&aacute;s ruido, m&aacute;s vestuarios vistosos, llamaba m&aacute;s la atenci&oacute;n. Y eso significaba plata&rdquo;, dice Mon.&nbsp;
Pero del hambre por comida y atenci&oacute;n, pas&oacute; a querer otra cosa. &ldquo;Fue hace algunos a&ntilde;os. Hubo un momento en que yo creo que me cans&eacute; de m&iacute;, de verme. Cuando reci&eacute;n te haces muy popular todos hablan de ti. Y yo estaba cansada, no de m&iacute; &ndash;Montserrat&ndash;, sino del personaje Mon Laferte. Eso s&iacute;, siento que ya me reconcili&eacute; con eso y de nuevo volv&iacute; a ser una explosi&oacute;n de color y expresi&oacute;n. Pero ahora tiene que ver con una decisi&oacute;n de divertirme m&aacute;s que con la necesidad de atenci&oacute;n, como antes. Creo que aprend&iacute; a mirarme en el espejo y entender qui&eacute;n soy. Ya no tengo que estar pataleando ni haciendo malabares en la vida&rdquo;.&nbsp;
La diversi&oacute;n es palpable. Su &uacute;ltimo disco, Autopoi&eacute;tica, es un c&uacute;mulo bien construido de referencias est&eacute;ticas, g&eacute;neros e ideas que se unen bajo la premisa del cambio constante. De la posibilidad de todas las vidas que podemos tener las personas. &ldquo;Que tu falta de querer / Ya pas&oacute; esa hue&aacute; / Ya no voy a estar sad&rdquo;, canta en &ldquo;No+sad&rdquo;.&nbsp;

La directora artistica
&ldquo;Llegu&eacute; a la conclusi&oacute;n de que me dediqu&eacute; a la m&uacute;sica porque fue f&aacute;cil para m&iacute;&rdquo;, dice Mon. &ldquo;Era un camino m&aacute;s r&aacute;pido, entre comillas, porque todos sabemos que hacer m&uacute;sica no es f&aacute;cil. Ahora me doy cuenta de que si hubiese tenido m&aacute;s herramientas o educaci&oacute;n, la m&uacute;sica no hubiese sido la primera opci&oacute;n, sino que habr&iacute;a sido una artista visual, directora de cine o me hubiese dedicado a crear instalaciones. Yo no veo mi proyecto como el de una artista musical, sino como un todo. Por ejemplo, ahora estoy pensando en un nuevo disco y ya tengo el nombre, la portada, s&eacute; c&oacute;mo me voy a vestir, c&oacute;mo se va a ver el escenario, pero no tengo ninguna canci&oacute;n&rdquo;.&nbsp;
&ldquo;Directora creativa&rdquo; es un concepto que aparece m&aacute;s de una vez en esta conversaci&oacute;n. Ese es otro cambio en los pasos de Mon. Uno que comenz&oacute; a palparse con las exhibiciones Gestos en el Museo de la Ciudad de M&eacute;xico en 2020, la muestra de su obra en la District 13 Art Fair en Par&iacute;s, otra en la galer&iacute;a Bah&iacute;a Ut&oacute;pica de Valpara&iacute;so y Te amo, Mon Laferte visual, en el Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago en 2023. &ldquo;Mi arte visual siempre ha estado ah&iacute;, pero no lo hab&iacute;a mostrado porque no lo ve&iacute;a como un trabajo. Hoy ya pienso que de verdad soy la directora art&iacute;stica de esta cantante, que es un personaje que se llama Mon Laferte&rdquo;.&nbsp;
Una nueva exposici&oacute;n la traer&aacute; a Chile a fines del 2024. &ldquo;Se llama Autopoi&eacute;tica, pero no es una extensi&oacute;n del disco. Habr&aacute; pintura, instalaci&oacute;n sonora, video y una performance. Estoy muy emocionada&rdquo;, dice. &ldquo;Justo ayer me junt&eacute; en Santiago con un grupo de bordadoras. Esto es muy importante para m&iacute; porque las bordadoras siempre bordan para alguien m&aacute;s y mi idea es sacarlas un poco de eso y que lo hagan para ellas. Y me he encontrado con mujeres que me han dicho que esto va a ser muy fuerte, porque nunca han bordado sobre lo que pasa por su coraz&oacute;n. Nunca hablan de ellas en sus bordados&rdquo;.&nbsp;
&ldquo;Ayer fue muy hermosa la reuni&oacute;n que tuvimos&rdquo;, contin&uacute;a. &ldquo;Una de ellas me dijo: &lsquo;Usted tiene una canci&oacute;n que yo siempre escucho y que escuchamos aqu&iacute; con las compa&ntilde;eras. La que le hizo a su mam&aacute;, la que se llama &ldquo;Te vi&rdquo;, &iquest;me puede cantar un pedacito?&rsquo;. Y yo empec&eacute; a cantar, dos, tres palabras y se pusieron a llorar todas. Hab&iacute;a una mujer como de ochenta y tantos a&ntilde;os a la que le corr&iacute;an las l&aacute;grimas y yo tuve que cerrar los ojos para cantar, porque si no, no iba a poder. Ah&iacute; me di cuenta de que para todas las mam&aacute;s, para todas las mujeres, es la misma historia&rdquo;.&nbsp;

Querer envejecer
Mon Laferte, te amo, navega por su historia, de lo &iacute;ntimo a lo p&uacute;blico y el registro se sit&uacute;a en la gira que la artista realiz&oacute; entre 2021 y 2022 cuando estaba embarazada de su primer hijo. La direcci&oacute;n est&aacute; a cargo de dos realizadoras chilenas, Camila Grandi y Joanna Reposi. &ldquo;A m&iacute; me hab&iacute;an propuesto varias veces hacer documentales, pero me daba pudor y un poco de flojera tambi&eacute;n. Y en esta ocasi&oacute;n me junt&eacute; con el productor en Los Angeles y me cay&oacute; muy bien. La verdad es que como estaba embarazada, algo rom&aacute;ntico en m&iacute; me hizo pensar en que pod&iacute;a ser bonito tener un registro de ese tiempo. &iexcl;Que quede claro que yo no decid&iacute; hacer un documental sobre m&iacute; misma!&rdquo;, dice riendo.&nbsp;
Otra raz&oacute;n que la hizo aceptar la invitaci&oacute;n a ese proyecto es su fanatismo por los documentales sobre artistas. &ldquo;Todas las pel&iacute;culas que he visto sobre artistas me han servido mucho. A veces de verdad las veo solo para agarrar valor y seguir con mi vida&rdquo;. De hecho, fue el documental Chavela, sobre Chavela Vargas, el que la inspir&oacute; a trabajar en su disco Seis. &ldquo;Agradezco mucho que existan esos registros porque como artista y como mujer me ayudan a seguir adelante. Necesito los consejos de ellas, aunque ni siquiera me los est&eacute;n dando a m&iacute;. Tal vez si a alguna ni&ntilde;a de G&oacute;mez Carre&ntilde;o, que es de donde soy yo, o de alguna pobla de Chile o de M&eacute;xico que quiere ser artista, este documental le hace sentido, va a haber aportado algo&rdquo;.&nbsp;
La gira que hizo en Estados Unidos mientras estaba embarazada fueron cincuenta d&iacute;as en los que tuvo 27 conciertos. &ldquo;Fue dif&iacute;cil &ndash;dice&ndash;. Me cost&oacute; hallarme. Entonces quise hacer un personaje muy teatral, con mucha pesta&ntilde;a, vestuarios con mucho volumen, pero me cost&oacute; ser artista, las hormonas me ten&iacute;an un poco bloqueada, pero pude hacerlo&rdquo;. No es dif&iacute;cil entenderlo, porque tambi&eacute;n se canta con el cuerpo. Y algo que ha cambiado tambi&eacute;n con el tiempo es la conciencia que tiene ella misma sobre el suyo. &ldquo;He aprendido a aceptarlo. Cuando era m&aacute;s joven era un palo de flaca y me sent&iacute;a gorda y fea porque, bueno, los dosmiles fueron duros. Y ahora veo mis fotos de chica y pienso que estaba loca. Hoy ya lo quiero mucho m&aacute;s. Me importa mucho envejecer con la mayor dignidad posible, entendiendo qui&eacute;n soy&rdquo;.&nbsp;
&ldquo;Me encanta la idea de envejecer&rdquo;, dice. &ldquo;Estoy m&aacute;s tranquila, la ansiedad ha bajado mucho. Me tomo m&aacute;s tiempo para meditar decisiones. Hay cosas que ya no me importan tanto. Ya no estoy tan desesperada por encajar o ser aceptada. De hecho, el documental se llama Mon Laferte, te amo porque justamente va de eso, de la necesidad de que me amaran. Creo que todos los seres humanos tenemos esa necesidad de ser amados, y ya no estoy desesperada porque me amen. He aprendido a amarme yo, y creo que eso es lo mejor de envejecer&rdquo;.&nbsp;
Y le pregunto qu&eacute; es para ella una buena vida. &ldquo;Viviendo en el campo con mis plantas, mis perros, mis gatos, cocinando&rdquo;, responde. &ldquo;Y a pesar de que parece que no tengo esa vida, en realidad s&iacute; la tengo. Me voy de gira tres meses, pero despu&eacute;s vuelvo a mi casa. No hay nada que ame m&aacute;s que sentarme en el sill&oacute;n a tejer con el gato y mi cabro chico dando vueltas alrededor. Por eso tambi&eacute;n me imagino parando de hacer m&uacute;sica y haciendo otras cosas que me permitan tener esa vida&rdquo;.&nbsp;
Y fantasea con una idea: &ldquo;Siempre pienso en que voy a dejar la m&uacute;sica, voy a desaparecer y volver&eacute; cuando est&eacute; evidentemente m&aacute;s vieja. Y todos van a decir &lsquo;&iexcl;oh!, &iquest;qu&eacute; le pas&oacute;? Le lleg&oacute; el viejazo. Eso quiero que pase, que digan &iexcl;pero c&oacute;mo!, &iexcl;est&aacute; tan vieja!&rdquo;.&nbsp;
Fotograf&iacute;as: Noli Provoste. Estilismo: Romina Morales. Producci&oacute;n ejecutiva: Fran Torres Carrasco. Maquillaje: Alexandra Cancino. Peinado: Javier Su&aacute;rez. Nail Artist: Karla Contreras. Asistente de estilismo: Cristi&aacute;n Zelada. Asistentes de fotograf&iacute;a: Denise Ruiz-Aburto y Cristobal Acevedo. Locaci&oacute;n: Estudio Pretrowitsch.

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