Melanie Ant&oacute;n es la directora de arte que eligen los m&uacute;sicos m&aacute;s influyentes. Fantas&iacute;a y tonos pastel son parte de su estilo personal dentro y fuera del set.

Hay que so&ntilde;ar en grande porque todo es posible, y a veces la teor&iacute;a de los seis grados de separaci&oacute;n con cualquier otra persona del planeta a trav&eacute;s de una cadena de conocidos, se achica sorpresivamente a uno o dos. Eso le pas&oacute; a Melanie Ant&oacute;n el a&ntilde;o pasado, cuando estaba en Madrid trabajando en la direcci&oacute;n de arte de una pel&iacute;cula que se estrenar&aacute; este a&ntilde;o, La Piedad, de Eduardo Casanova. &ldquo;Hab&iacute;a mandado a pedir unas cosas a unos realizadores que me dijeron &lsquo;esto lo vamos a tener reci&eacute;n para dentro de unos d&iacute;as porque estamos haciendo unos trabajos para la pel&iacute;cula de Wes, que est&aacute; filmando ac&aacute;, a 45 minutos de Madrid&rsquo;. &lsquo;&iquest;Qu&eacute; Wes?&rsquo;, les pregunt&eacute;, &iexcl;y era Wes Anderson! Casi me muero&rdquo;, dice Melanie, la creadora de los espacios m&aacute;s on&iacute;ricos de la m&uacute;sica urbana.&nbsp;
Desde el vestuario de un club de b&aacute;squet para el videoclip Plan A de Paulo Londra al set kubrickeano de Opa, el video de Dillom. De las habitaciones emo-rom&aacute;nticas de Cazzu con su saga de canciones que lanza los 14 de febrero al video rutero de Mar&iacute;a Becerra y Tini. En el videoclip de Bizarrap Music Session #38 recre&oacute; uno de los sets que m&aacute;s le gustan: visti&oacute; de botones de hotel al productor m&aacute;s exitoso de la m&uacute;sica urbana, arm&oacute; una escenograf&iacute;a acorde a El gran hotel Budapest y cumpli&oacute;, en parte, su sue&ntilde;o. Cuando se enter&oacute; de que estaba tan cerca el director referente de una est&eacute;tica y una direcci&oacute;n de arte memorables, cuya influencia es evidente en su trabajo, Melanie reaccion&oacute;. Se subi&oacute; al auto y se fue a ver si la dejaban entrar. &ldquo;Obviamente no me dejaron pasar, pero vi un set de Wes a dos kil&oacute;metros de mis ojos, o sea, muy cerca&rdquo;. Su energ&iacute;a cambia mientras cuenta esta aventura y se r&iacute;e como una ni&ntilde;a, de cabellera rosada beb&eacute;, color de chicle de tutti frutti lavado.

Nunca me aburro, una semana hago algo espacial y a los d&iacute;as algo de los a&ntilde;os 20 y a la siguiente un set pastel

La distancia con los sue&ntilde;os parece haberse reducido a la nada. Todo puede pasar. En tierras de Pedro Almod&oacute;var, trabajando en su primera pel&iacute;cula, Melanie ve el futuro: el cine. Pero no cualquier cine, solo aquel donde el universo visual que aporta la direcci&oacute;n de arte est&eacute; jerarquizado, donde se pueda lucir. &ldquo;Porque si no, siento que en el videoclip hay m&aacute;s libertad creativa, zarpada, en una sola pieza audiovisual puedo hacer cinco o seis sets, y porque adem&aacute;s los artistas van sacando mucho material, muy seguido. Nunca me aburro, una semana hago algo espacial y a los d&iacute;as algo de los a&ntilde;os 20 y a la siguiente un set pastel. En una pel&iacute;cula los procesos duran meses, se construye a fondo&rdquo;.
Son tantos los mundos que cre&oacute; Melanie que es imposible abarcar la breve pero intens&iacute;sima carrera de esta dise&ntilde;adora de 28 a&ntilde;os. Porte&ntilde;a del barrio de Saavedra, de chica quer&iacute;a ser pintora, hacer cosas con las manos, con los colores. Cuando entr&oacute; al secundario descubri&oacute; la fotograf&iacute;a y flashe&oacute;, y en la carrera de Direcci&oacute;n de Imagen y Sonido de la UBA descubri&oacute; que lo suyo era la direcci&oacute;n de arte. "Tiene lo que me gusta a m&iacute; de lo manual, de construir cosas, tiene del cine la fotograf&iacute;a, incluso tiene el dise&ntilde;o de indumentaria que siempre fue algo que me gust&oacute;". Y refleja todos esos intereses reunidos en su profesi&oacute;n en c&oacute;mo vive y se muestra.&nbsp; Desde el pelo, que siempre var&iacute;a dentro de los tonos pastel, hasta la ropa. Melanie no tiene ni una sola prenda de color negro. En el mundo del trap y la m&uacute;sica urbana, donde abundan los colores oscuros, ella sobresale con su saco verde manzana de peluche. &ldquo;Siempre fui de lo m&aacute;s fantasiosa, todo lo contrario a lo natural. Me gusta mucho lo intervenido, donde claramente hay una propuesta de color, de puesta en escena&rdquo;.

El desaf&iacute;o del director de arte es c&oacute;mo poner su impronta, pero adem&aacute;s lograr que se mantenga la est&eacute;tica del artista

Ya sea para Rauw Alejandro o para L-Gante, Mel arma mundos de acuerdo al artista y a la canci&oacute;n. No lo hace sola, en 2019 fund&oacute; con su novio, Agust&iacute;n J&aacute;uregui, con quien crea todo, DAJAUS, una productora de dise&ntilde;o de arte y de escenograf&iacute;as. Los artistas les traen una canci&oacute;n. A veces tienen una idea, a veces ya saben perfectamente lo que quieren, y otras les dan completa libertad creativa para armar el universo visual de esa fantas&iacute;a que es cada videoclip.
Su material tiene un sello muy distintivo. Por eso, a muchos artistas que se acercan a ellos con admiraci&oacute;n les cuesta ponerlo en pr&aacute;ctica y salir de su concepci&oacute;n habitual. &ldquo;El desaf&iacute;o del director de arte es c&oacute;mo poner su impronta, pero adem&aacute;s lograr que se mantenga la est&eacute;tica del artista&rdquo;, explica.&nbsp; Con un portafolio enorme que avala su trabajo y la capacidad de crear estilos distintos y moverse l&uacute;dicamente por est&eacute;ticas diversas, le sale mejor impulsar otras alternativas. &ldquo;Con artistas que por ah&iacute; siempre hicieron lo mismo, eso de cadenas y billetes, ahora me animo a proponerles &acute;&iquest;por qu&eacute; no hacemos algo con telas o no s&eacute;, otra cosa?&acute;, y de a poco me voy acercando a lo que m&aacute;s me interesa retratar o representar&rdquo;.
Porque es eso lo que m&aacute;s le preocupa, la representaci&oacute;n. Desde chica, cuando miraba a Katy Perry o Lady Gaga, artistas con una impronta visual muy clara, o a fot&oacute;grafos como Miles Aldridge o David Lachapelle, Melanie supo que no bastaba solo con mirar, hab&iacute;a que tomar decisiones para que el retrato saliera de lo obvio. Con esa idea tambi&eacute;n naci&oacute; BEBAS, la productora que cre&oacute; en 2020 con Sol Schostik. La intenci&oacute;n es que las mujeres ocupen roles de jerarqu&iacute;a y de decisi&oacute;n dentro de los rodajes. "Eso para m&iacute; se traduce en que cambie el discurso de lo que cuentan los videoclips".

Un mundo color de rosa

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