En Jauría es la víctima y la denunciante de una violación en manada. El 2021 continuará con otros dos protagónicos de alto impacto que hoy ensaya e investiga. Una actriz poderosa en el mejor de los escenarios.

Entre la espada y la cuarta pared, <a href="https://www.instagram.com/vanesangonzalez/">Vanesa Gonz&aacute;lez</a> est&aacute; exactamente donde quiere, cumpliendo con un imperativo de &ldquo;poner el cuerpo&rdquo; (para usar sus palabras) que es el origen de su vocaci&oacute;n actoral. Mientras cada semana recrea en escena los detalles ominosos de un juicio por violaci&oacute;n y se prepara para cantar y bailar en el unipersonal que estrenar&aacute; en abril, desenvaina un florete imaginario para componer a una esgrimista en su nuevo proyecto de investigaci&oacute;n teatral, que est&aacute; en etapa de laboratorio. Su recorrido incluye cl&aacute;sicos, de Gregorio de Laferr&egrave;re a Shakespeare (&ldquo;Una Desd&eacute;mona hipn&oacute;tica e infartante&rdquo;, se escribi&oacute; sobre ella), y se extiende del Top 10 de <a href="http://netflix.com">Netflix</a> al teatro independiente, de la ficci&oacute;n televisiva al teatro documental. Los proyectos m&aacute;s diversos se conectan con ese impulso recurrente y l&uacute;dico de &ldquo;poner el cuerpo&rdquo;, que es su motor desde la infancia en Banfield, cuando se paraba junto al televisor para ofrecer sus propias versiones de las escenas de pel&iacute;cula que iban apareciendo a su lado en la pantalla. Hace m&aacute;s de quince a&ntilde;os salt&oacute; dentro de la pantalla al set de una telenovela juvenil. Hoy cierta madurez parece se&ntilde;alada en un punto del camino en el que es el teatro el que ocupa el centro de sus intereses y renueva la pasi&oacute;n por un oficio que, como tantos, sufre las estocadas de la pandemia.

En el emblem&aacute;tico <a href="http://teatropicadero.com.ar">Teatro Picadero</a> &ndash;con aforo del treinta por ciento por protocolo covid&ndash; cada semana protagoniza <a href="https://www.teatropicadero.com.ar/copia-de-dady-brieva">Jaur&iacute;a</a>, basada en las transcripciones reales del juicio por una violaci&oacute;n grupal perpetrada en 2016 en Pamplona, un caso que moviliz&oacute; a la opini&oacute;n p&uacute;blica y fue llevado a escena por el dramaturgo espa&ntilde;ol Jordi Casanovas. &ldquo;Es un relato intenso, violento y horroroso. Cuesta creer que sigan pasando cosas como estas. Y que a una violaci&oacute;n le siga una segunda violaci&oacute;n, que es pr&aacute;cticamente lo que sucede durante el juicio: por momentos se deja de lado el delito y se pasa a cuestionar a la v&iacute;ctima. Pienso en las preguntas a las que la someten y se me pone la piel de gallina, lo mismo que me pasa en cada funci&oacute;n&rdquo;, dice la actriz, que da voz a m&aacute;s de un personaje en la puesta polif&oacute;nica de Nelson Valente. &ldquo;La estructura es muy din&aacute;mica: nos movemos como fichas de la obra, vamos cubriendo los diferentes roles. Es un disfrute desde lo actoral. Tambi&eacute;n es inevitable que el texto, que es de una violencia espantosa, comience a permear en nosotros&rdquo;. Con el g&eacute;nero &ldquo;documental&rdquo;, explica, siente que el teatro adquiere sentido como medio de comunicaci&oacute;n, una v&iacute;a sensible para alcanzar la conciencia de &ldquo;personas que, al ver una noticia en la tele o leerla en el diario, tal vez no experimentan el mismo nivel de empat&iacute;a que otras, y en cambio se conectan sensiblemente con el teatro como espejo de lo humano: un espacio en el que las personas se sientan a ver personas&rdquo;. Por cada uno en el que se produzca esta reacci&oacute;n, conf&iacute;a, valdr&aacute; la pena. &ldquo;El teatro es una voz poderosa&rdquo;.

Tampoco es ligera la historia de su pr&oacute;xima hero&iacute;na, que estar&aacute; desde el oto&ntilde;o en el escenario de <a href="https://www.instagram.com/nunteatrobar/?hl=es-la">N&uuml;n Teatro Bar</a>, y que imagin&oacute; el dramaturgo y director Patricio Abadi.&nbsp; &ldquo;Escribi&oacute; un texto alrededor de una chica que ha sido v&iacute;ctima de trata muchos a&ntilde;os y se ha convertido en una artista de la noche. Es muy po&eacute;tico, tiene humor, no se pone solemne: relata desde un lugar inesperado. Me toca bailar y cantar, transitar por lugares por los que nunca pas&eacute; en un escenario: el texto me despert&oacute; la fe que necesito para hacer frente al desaf&iacute;o&rdquo;.&nbsp;

En paralelo, avanza en una creaci&oacute;n colectiva con la actriz Laura Nevole y el director Christian Garc&iacute;a: la exploraci&oacute;n teatral del v&iacute;nculo entre maestro y disc&iacute;pulo, a trav&eacute;s de la esgrima. &ldquo;Es una disciplina que siempre me llam&oacute; la atenci&oacute;n, por la distancia y la tensi&oacute;n entre los cuerpos, el movimiento tan prolijo y elegante, pero a la vez superagresivo. Por ahora, trabajamos solo con la imaginaci&oacute;n y con los brazos, pero ya estamos listas con Laura para comenzar el entrenamiento con una esgrimista extraordinaria y para incorporar el elemento en escena. El tema es ese v&iacute;nculo complejo que se crea en la ense&ntilde;anza entre profesor y alumno, que en este caso tiene costados oscuros&rdquo;.

Para su propio maestro, Lito Cruz, con quien se form&oacute; como actriz desde los quince a&ntilde;os, tiene solamente admiraci&oacute;n y gratitud. &ldquo;Fue familia para m&iacute;, sigo extra&ntilde;&aacute;ndolo y hablo con &eacute;l como si estuviese aqu&iacute;. Con el tiempo, estudi&eacute; en otros lugares y cuando empec&eacute; a trabajar fui armando ese t&iacute;pico collage de herramientas que vamos armando todos, mezclando recursos, al ver c&oacute;mo trabajan otros compa&ntilde;eros, pero &eacute;l siempre estuvo presente, en la base de todo. Ha sido muy generoso como docente, daba herramientas muy valiosas, incluso personales, para pensar nuestro oficio, que es hostil en muchos aspectos: a veces no ten&eacute;s trabajo, siempre te est&aacute;n evaluando, todo el mundo opina sobre lo que hac&eacute;s, est&aacute;s continuamente expuesto. Lito siempre nos transmiti&oacute; la importancia de abstraernos del afuera, de concentrarnos, de ser trabajadores y cuidar esa cualidad como un tesoro. Nos daba herramientas hasta para los castings, esos momentos de tanta soledad que nadie te ense&ntilde;a c&oacute;mo atravesar&rdquo;. No hace mucho, Vanesa sali&oacute; de uno convertida en la madre adoptiva del <a href="https://www.netflix.com/ar/title/81106517">Apache</a>, para la biopic de Carlitos Tevez que dirigi&oacute; Adri&aacute;n Caetano y estren&oacute; Netflix.

Su inscripci&oacute;n en el CBC es la constancia de un proyecto postergado, que no abandona, de estudiar Psicolog&iacute;a. Su hogar en Colegiales, el lugar donde disfruta de la silenciosa paz que solo interrumpe Mario Alberto, el perro mestizo que le disputa protagonismo en su cuenta de Instagram. La televisi&oacute;n ya no tiene el magnetismo de su infancia en Banfield. &ldquo;No significa que no vaya a seguir haciendo tele. Pero desde hace tiempo ten&iacute;a en mi cabeza, y en mi coraz&oacute;n, la decisi&oacute;n de acercarme a lo que m&aacute;s feliz me hace en el d&iacute;a a d&iacute;a. El teatro es endorfinas, sudor, adrenalina. Me da una felicidad de esas que no se pueden explicar. M&aacute;s que eso, no tengo para decirme a m&iacute; misma&rdquo;.

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Portada digital. Fotografías: Ivan Resnik. Estilismo: Jorge León

“El teatro es endorfinas, sudor, adrenalina. Me da una felicidad de esas que no puedo explicar”.

Vanesa de Buenos Aires

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