El comienzo del siglo XXI será recordado como el momento histórico en el que las mujeres alzaron masivamente la voz para defender sus derechos.

Hola, hola&hellip; &iquest;se escucha? Son muchas las mujeres que aprovechan su acceso a los micr&oacute;fonos de la escena p&uacute;blica global y el poder viralizador de las redes sociales para defender causas colectivas. De seguro, cada una podr&iacute;a hacer su lista personal de las que causaron mayor impacto en su vida y su entorno. Arbitraria, como toda selecci&oacute;n de &eacute;xitos, pero no por eso menos valiosa.

El sitio internacional de noticias Brut Media, por ejemplo, eligi&oacute; siete discursos feministas que marcaron la d&eacute;cada 2010-2020. Entre ellos (&iexcl;grata sorpresa!), figura el de <a href="https://www.youtube.com/watch?v=WqgpuqOUw3U">Silvia Lospennato</a>, diputada del PRO por la provincia de Buenos Aires aquel memorable 13 de junio de 2018, cuando &ndash;emocionada hasta las l&aacute;grimas&ndash; reclam&oacute; al Congreso: &ldquo;Saquemos de la clandestinidad al aborto. Que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Que sea ley&rdquo;. En aquella oportunidad, no se lograron los votos pero todo indica que, m&aacute;s temprano que tarde, ser&aacute; ley. La lista incluye, adem&aacute;s, escritoras como la poeta india <a href="https://www.youtube.com/watch?v=ZX5soNoPiII">Aranya Johar</a>, famosa por el recitado online del poema contra el patriarcado A Brown Girl&acute;s Guide to Gender (Gu&iacute;a de g&eacute;nero para una muchacha de color), que logr&oacute; m&aacute;s de un mill&oacute;n de clics en apenas dos d&iacute;as. O la estadounidense Alyssa Royse, quien en 2011 subi&oacute; en bombacha y corpi&ntilde;o a un escenario de Seattle para ejemplificar por qu&eacute; #NoEsNo. Fue en una manifestaci&oacute;n de la campa&ntilde;a La marcha de las putas, iniciada en Canad&aacute; cuando la Polic&iacute;a sugiri&oacute; que las mujeres &ldquo;deber&iacute;an evitar vestirse como prostitutas&rdquo; para prevenir agresiones sexuales. Alyssa (que &ndash;justo es decirlo&ndash; no solo es escritora sino tambi&eacute;n entrenadora f&iacute;sica) afirm&oacute;: &ldquo;Si quieren, pueden llamarme puta, no me importa (&hellip;). Pueden mirar mi cuerpo y decir &lsquo;est&aacute; buena&rsquo; o &lsquo;est&aacute; gorda&rsquo; (&hellip;). Pero la &uacute;nica cosa que no pueden hacer es tocarme. Y no pueden tener sexo conmigo sin mi consentimiento. Porque si lo hacen (&hellip;), son violadores&rdquo;. &ldquo;Y la culpa no era m&iacute;a, ni d&oacute;nde estaba ni c&oacute;mo vest&iacute;a. El violador eres t&uacute;&rdquo;, como vienen cantando miles de mujeres que replican en distintos pa&iacute;ses la performance creada a fin del a&ntilde;o pasado por el colectivo chileno <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Un_violador_en_tu_camino">Las Tesis</a>.

En 2015, otra escritora, la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, se dirigi&oacute; a los graduados del Wellesley College para hablar sobre las limitaciones impuestas por los roles de g&eacute;nero. Record&oacute; las charlas con su madre y todo lo que parec&iacute;a prohibido &ldquo;porque sos mujer&rdquo;. Fuimos &ldquo;socializadas para el silencio&rdquo;, explic&oacute;. Ese mismo a&ntilde;o public&oacute; su octavo libro, Todos deber&iacute;amos ser feministas, que vendi&oacute; m&aacute;s de medio mill&oacute;n de ejemplares.

&iquest;Qui&eacute;n podr&iacute;a olvidar el discurso que dio en 2013 ante la Asamblea General de Naciones Unidas la estudiante paquistan&iacute; Malala Yousafzai &ndash;baleada por los talibanes por ir a la escuela&ndash; para reclamar por el derecho de las ni&ntilde;as a la educaci&oacute;n? &ldquo;Los extremistas ten&iacute;an y tienen miedo a los libros y las lapiceras&rdquo;, denunci&oacute; Malala, quien cuatro a&ntilde;os m&aacute;s tarde recibi&oacute; el Premio Nobel de la Paz.

“Mujeres, cuando llegue el momento de votar, piensen en sus intereses; es lo que han estado haciendo los hombres durante años. Por eso el mundo se parece a ellos”.
Michelle Williams, actriz


Est&aacute; a la vista de quien mire sin anteojeras: las pibas se empoderaron. Le ponen palabras (y gritos) a la injusticia y la desigualdad. A veces, de maneras tan disruptivas como las de la hoy legisladora de la ciudad de Buenos Aires Ofelia Fern&aacute;ndez, de 19 a&ntilde;os, capaz de decir en la contracumbre del G-20 organizada por Clacso en el club Ferro: &ldquo;Somos la generaci&oacute;n que tiene en sus manos derribar, de una vez y para siempre, al neoliberalismo en nuestra Am&eacute;rica, porque la tibieza de la burgues&iacute;a a m&iacute; me seca la concha&rdquo;. Esc&aacute;ndalo, fue un esc&aacute;ndalo.

&ldquo;Una bala no mata, lo que mata es el silencio&rdquo;, como afirm&oacute; la estudiante sudanesa Alaa Salah, s&iacute;mbolo de las protestas que llevaron en 2019 a la destituci&oacute;n del presidente Omar al-Bashir tras 30 a&ntilde;os de dictadura. Chicas muy j&oacute;venes, casi ni&ntilde;as, se ponen al frente de causas de impacto global. All&iacute; est&aacute; <a href="https://www.instagram.com/gretathunberg/?hl=es-la">Greta Thunberg</a>, que a los 16 se convirti&oacute; en una figura clave del activismo ambiental. Comenz&oacute; organizando una huelga en su escuela para pedir acciones concretas para cuidar el planeta en 2018; un a&ntilde;o despu&eacute;s hablaba ante la ONU y movilizaba a m&aacute;s de 4 millones de personas.

Con su facilidad para acceder a c&aacute;maras y micr&oacute;fonos, las actrices tienen un particular protagonismo social. No es algo in&eacute;dito, pero las pioneras Jane Fonda o Susan Sarandon eran ovejas negras en la gran industria del espect&aacute;culo. Entre los siete discursos feministas de la d&eacute;cada, figuran dos de sus colegas: Natalie Portman y Emma Watson.

Portman re&uacute;ne la enorme popularidad que le dio Star Wars con el prestigio de haber ganado casi todos los premios de Hollywood, incluyendo el Oscar. En 2018, en el marco del movimiento #MeToo, relat&oacute; su traum&aacute;tica experiencia de celebrity que se inici&oacute; a los 13 a&ntilde;os, cuando recibi&oacute; la primera carta de un fan detallando c&oacute;mo la violar&iacute;a, para denunciar el &ldquo;terrorismo sexual&rdquo; y pedir &ldquo;una revoluci&oacute;n del deseo&rdquo;. Se sabe: lo personal es pol&iacute;tico.

Emma Watson utiliz&oacute; con inteligencia la extraordinaria llegada que le dio su personaje de la bruja Hermione en la saga Harry Potter para hacer un manifiesto feminista. En sus palabras ante Naciones Unidas, en 2014, resumi&oacute; la posici&oacute;n de toda una generaci&oacute;n: &ldquo;Si no soy yo, &iquest;qui&eacute;n?; si no es ahora, &iquest;cu&aacute;ndo?&rdquo;. Un impulso similar al que moviliz&oacute; al colectivo de <a href="https://twitter.com/actrices_arg?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor">Actrices Argentinas</a> a respaldar la denuncia de Thelma Fardin contra Juan Darth&eacute;s por abuso sexual: &ldquo;Mir&aacute; c&oacute;mo nos ponemos&rdquo;.

No fue f&aacute;cil, sigue sin serlo. Dar el paso al frente y hablar de temas de este calibre tiene todav&iacute;a un alto costo porque el poder real, para las mujeres, sigue siendo una meta a alcanzar, que precisa de medidas de acci&oacute;n afirmativa para garantizar la igualdad de oportunidades. En la &uacute;ltima edici&oacute;n de los Globo de Oro, en enero de este a&ntilde;o, cuan- do subi&oacute; a recibir el premio como Mejor Actriz de Miniserie por Fosse/Verdon, Michelle Williams hizo un llamado a defender el derecho femenino a decidir sobre su cuerpo y su destino: &ldquo;Mujeres, cuando llegue el momento de votar, piensen en sus intereses; es lo que han estado haciendo los hombres durante a&ntilde;os. Por eso el mundo se parece a ellos. Pero no se olviden de que nosotras somos el colectivo m&aacute;s importante en cuanto a caudal de vo- tos en los Estados Unidos. Hagamos que el pa&iacute;s sea m&aacute;s un reflejo nuestro&rdquo;, finaliz&oacute; entre ovaciones. Palabras, palabras, palabras&hellip; Palabras que quedan resonando, abren camino y dejan huella para quienes vienen detr&aacute;s. Sintetizan una &eacute;poca. La que habla representa a much&iacute;simas otras mujeres que lograron que, al fin, se las escuche.

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Las mujeres defienden su voz a micrófono abierto

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