La marca innova en materiales y vuelve al pasado en los diseños. Espíritu setentista sin vinilo.

En las orillas del canal Saint Martin, directamente en los muelles, Yolanda Zobel, directora art&iacute;stica de Courr&egrave;ges, decidi&oacute; presentar su colecci&oacute;n Primavera-Verano 2020 con una decoraci&oacute;n inmejorable: Par&iacute;s. Apenas una&nbsp;instalaci&oacute;n luminosa minimalista y la voz a&nbsp;capella de la artista <a href="https://lafawndah.bandcamp.com/" target="_blank">Lafawndah</a>&nbsp;para darle marco a la ciudad.

Lo nuevo de Courr&egrave;ges&nbsp;es revolucionario: abandona los tradicionales vinilos texturizados de la marca. En una visi&oacute;n m&aacute;s sostenible, el vinilo a base de petr&oacute;leo fue&nbsp;reemplazado por un vinilo creado a partir de algas. Una alternativa que no resta valor al patrimonio de la casa, entre siluetas deportivas y combinaciones de materiales. La colecci&oacute;n juega en los extremos, entre puntadas XXL y camisetas pegadas al cuerpo como una segunda piel, con un esp&iacute;ritu futurista de los a&ntilde;os 70 en referencia&nbsp;obvia&nbsp;a los a&ntilde;os triunfales de&nbsp;Courr&egrave;ges.

El detalle 
Otra novedad es el uso de un material totalmente nuevo: la piel de purarucu, un pez de agua dulce. Su piel es una&nbsp;nueva alternativa al cuero tradicional. Adem&aacute;s de su apariencia duradera, aporta una textura inusual, tanto primitiva como futurista, que se combina perfectamente con el esp&iacute;ritu de Courr&egrave;ges.

Semana de la Moda de París: Courrèges 2.0

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