Michel va al encuentro de las cosas sin forzarlas.  Pensó en esquivar la profesión de su padre, pero la actuación pudo más. Ahora, su protagónico en la serie española La Unidad le abrió nuevas perspectivas y fronteras.  

El sol del domingo, abriendo en la cuarentena una min&uacute;scula oportunidad de atisbar la primavera en Villa Ort&uacute;zar, hizo que a &uacute;ltimo momento Michel Noher propusiera retrasar el horario establecido para el encuentro virtual. &ldquo;Si quer&eacute;s hacer re&iacute;r a Dios, contale tus planes&rdquo; es una de sus frases de cabecera, al fin y al cabo. Y ahora que el sol ya se puso, mientras toma mate, cita el proverbio por videollamada a prop&oacute;sito de los proyectos que la pandemia dej&oacute; en suspenso, pero tambi&eacute;n de los azares de su profesi&oacute;n, a veces afortunados. Del recorrido que lo llev&oacute;, desde el sill&oacute;n en el que de chico se instalaba frente al televisor los lunes a la noche, momento de los estrenos semanales de HBO, hasta la pantalla de la misma cadena como protagonista de La Unidad, la serie de producci&oacute;n espa&ntilde;ola que termin&oacute; de ponerlo en el mapa de la ficci&oacute;n ib&eacute;rica a escala global.

Ese recorrido comenz&oacute; en Bariloche, donde vivi&oacute; entre los cuatro y los dieciocho a&ntilde;os, donde descubri&oacute; el cine, el rock y la radio, donde a los quince, ante el micr&oacute;fono de FM Mascar&oacute;, hac&iacute;a un programa con el sugestivo t&iacute;tulo de El a&ntilde;o de la cucaracha. Se mud&oacute; a Buenos Aires para estudiar direcci&oacute;n cinematogr&aacute;fica y empez&oacute; a tomar clases de actuaci&oacute;n con el c&eacute;lebre Agust&iacute;n Alezzo, &ldquo;pensando que ser&iacute;a &uacute;til para poder dirigir a actores&rdquo;. Hasta que un verano en Humahuaca, como una revelaci&oacute;n, la vocaci&oacute;n se le hizo evidente por primera vez. &ldquo;Viaj&eacute; para un seminario de actuaci&oacute;n que se organizaba all&iacute;, al que llegaban actores y actrices de todo el pa&iacute;s. Era algo muy hermoso, parecido a lo que pasaba con los recitales de los Redondos: una multitud que llegaba en bloque a una ciudad y la transformaba con su presencia. En Humahuaca ocurr&iacute;a algo muy m&aacute;gico, doscientos o trescientos actores dando vueltas por todos lados le cambiaban el color al lugar. Ese clima que se viv&iacute;a tuvo que ver con lo que me pas&oacute;: estando all&iacute;, de pronto descubr&iacute; que lo que realmente quer&iacute;a era ser actor. Volv&iacute; decidido a hacerlo, a como diera lugar. Sin duda, hasta ese momento hab&iacute;a pesado el no querer dedicarme a lo mismo que mi viejo. Pero entonces me di cuenta de que mi deseo era mucho m&aacute;s grande que mi propio prejuicio&rdquo;.

Michel es hijo del actor franco-argentino Jean-Pierre Noher y es padre de Ant&oacute;n junto a la actriz Celeste Cid, su pareja hasta 2018. Tipeando su nombre en Google, el predictivo despleg&oacute; autom&aacute;ticamente las sugerencias de b&uacute;squeda: Michel Noher padre, Michel Noher hijo, Michel Noher pareja, Michel Noher altura.

“Creo que, al menos en parte, depende de cada uno cómo manejar el hecho de ser conocido. Yo soy un conocido con el que te cruzás cuando vas a comprar al chino”.

Fotografía: Germán Romani. Estilismo: Jorge León

Sus v&iacute;nculos han ocupado espacio medi&aacute;tico. Y conoci&oacute; los efectos de la exposici&oacute;n masiva (como en 2015, cuando encarnaba al villano de la tira adolescente Esperanza m&iacute;a y cosechaba insultos en las redes). Pero los gajes de la fama le resultan simplemente ajenos y su bajo perfil parece inconmovible cuando responde, como si hablaran de otro: &ldquo;Creo que, al menos en parte, depende de cada uno c&oacute;mo manejar el hecho de ser conocido. Yo soy un conocido con el que te cruz&aacute;s cuando vas a comprar al chino&rdquo;. Su Instagram (que califica de &ldquo;err&aacute;tico&rdquo; y acumula m&aacute;s de trescientos mil seguidores) es literalmente el de un padre-modelo, alterna tiernas instant&aacute;neas junto al peque&ntilde;o Ant&oacute;n y acciones publicitarias para el D&iacute;a del Padre como imagen de Bulgari Parfums: &ldquo;Trabajo muy c&oacute;modo. Cuando uno tiene que hacer algo con lo que no se siente identificado es feo, pero a m&iacute; me gustan mucho los perfumes de Bulgari, los us&eacute; siempre, as&iacute; que no hay conflicto. Adem&aacute;s, me siento trabajando entre amigos&rdquo;.&nbsp;

Entre otras cosas, hizo televisi&oacute;n en Brasil, cine en Espa&ntilde;a y extensas giras nacionales con la obra El hijo eterno, un unipersonal que aborda la encrucijada de un hombre entre la insatisfacci&oacute;n existencial y una paternidad conflictiva. &ldquo;El deseo no es tonto&rdquo;, sentencia. &ldquo;Conf&iacute;o mucho en la sabidur&iacute;a del deseo. Me dejo llevar por esa pulsi&oacute;n y en esa direcci&oacute;n empiezo a moverme. Voy al encuentro de las cosas, aunque sin forzarlas ni planificar una estrategia. Por ejemplo, una vez me fui de mochilero a Brasil y me enamor&eacute; de Brasil, al tiempo mi viejo empez&oacute; a laburar all&aacute; y yo trataba de ir todo lo que pod&iacute;a, de hacer alg&uacute;n casting. Termin&eacute; haciendo dos s&uacute;pertelenovelas para la Rede Globo. Con Espa&ntilde;a me pas&oacute; algo parecido: era un lugar que me atra&iacute;a, fui a filmar El desentierro, y cuando viaj&eacute; para el estreno de la pel&iacute;cula me ocup&eacute; de llegar con tiempo, de mandar mails, preguntar, buscar castings y as&iacute; fue c&oacute;mo logr&eacute; estar en La Unidad.&rdquo;

Ahora ensaya intensamente El hijo eterno, para el streaming programado para el 22 de octubre dentro del ciclo Teatro Roma desde Casa. &ldquo;Siento que hay mucho por explorar, nuevas formas de hacer teatro en este formato que trajo la pandemia. Me met&iacute; a ver qu&eacute; pasa desde el espacio de una casa y a trabajar con Juan Pablo Galimberti en un concepto audiovisual. Creo que va a resultar una experiencia distinta, nueva para m&iacute; y tambi&eacute;n para cualquiera que haya visto la obra antes en el teatro, porque en este medio pasan cosas diferentes con el material&rdquo;.

Mientras tanto, la repercusi&oacute;n de La Unidad sigue abriendo perspectivas y fronteras. Marcos, el polic&iacute;a que compone en la serie, parece consolidarlo en la lista de actores argentinos integrados a la escena espa&ntilde;ola. En m&aacute;s de un sentido, Noher le puso su sello, porque su incorporaci&oacute;n al elenco conllev&oacute; cambios en el guion y su personaje, que es un espa&ntilde;ol, adquiri&oacute; un pasado en la Argentina, que no estaba previsto en el original. &ldquo;Es fuerte porque todos los actores que han adoptado en Espa&ntilde;a son actores que uno admira. Es muy lindo, cuando uno ve la historia, sentir que es como si siguiera una l&iacute;nea. Por otro lado, es impresionante el elenco con el que me toc&oacute; trabajar en La Unidad: son cracks, todos los que me rodean tienen un Goya encima. Es como cuando trabaj&aacute;s en el San Mart&iacute;n por primera vez y pens&aacute;s: yo lo vi a Alc&oacute;n en este escenario&rdquo;. Se interrumpe. &ldquo;Pero no es que uno llegue a ning&uacute;n lugar, nunca. Uno est&aacute; en movimiento&rdquo;.

Noher escucha sus deseos

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