Creada por una argentina y con sede en Londres, Casa Raki se especializa en ropa de playa realizada con pr&aacute;cticas sostenibles.

Josefina Alazraki forj&oacute; su destino. A los 18 a&ntilde;os, aprendi&oacute; a hacer fotos y en poco tiempo ya estaba llevando a cabo campa&ntilde;as para marcas y editoriales en revistas. Estudi&oacute; producci&oacute;n de moda y dise&ntilde;o gr&aacute;fico en la Universidad de Palermo. En 2010, viaj&oacute; por unos meses a Nueva York a tomar cursos de fotograf&iacute;a. Cuando regres&oacute;, decidi&oacute; irse a vivir a Londres. &ldquo;Al principio fue dif&iacute;cil, trat&eacute; de conseguir trabajos de todos lados&rdquo;. Gracias a una amiga, entr&oacute; a trabajar como fot&oacute;grafa en la plataforma internacional de lujo Net-A-Porter. Luego de dos a&ntilde;os, se cambi&oacute; a la competencia: Matches Fashion, donde pas&oacute; a tener un equipo a cargo. &ldquo;Ten&iacute;a acceso a todos los reportes: qu&eacute; se vend&iacute;a, qu&eacute; no, qu&eacute; devolv&iacute;an&rdquo;. All&iacute; descubri&oacute; que el departamento de ropa de playa era al que mejor le iba. Josefina dice que siempre hab&iacute;a querido hacer indumentaria, as&iacute; que se le ocurri&oacute; desarrollar su l&iacute;nea de trajes de ba&ntilde;o. Se lo cont&oacute; a su hermana, la directora de arte Sof&iacute;a Alazraki, que le dijo: &ldquo;Me imagino que va a ser sostenible. Es un crimen arrancar con una marca hoy y no pensar en el planeta&rdquo;. Tom&oacute; la decisi&oacute;n de ir por ese camino y empez&oacute; a investigar sobre textiles. Renunci&oacute; a su trabajo y a finales de 2018 lanz&oacute; su etiqueta: <a href="https://casaraki.com/">Casa Raki</a>.&nbsp;
Su primera colecci&oacute;n cont&oacute; con ocho productos hechos con econyl, un textil que se produce a partir de desechos de nylon, y fibra de ricino. Luego lanz&oacute; la segunda con m&aacute;s productos y se present&oacute; en una feria en Par&iacute;s donde acord&oacute; con Matches Fashion vender productos online exclusivamente con ellos. &ldquo;Fue un &eacute;xito. En mi tercera temporada, me compraron de todos lados&rdquo;. A finales de 2019 subi&oacute; la apuesta: &ldquo;Busqu&eacute; hacer ropa atemporal con materiales nobles&rdquo;. Desarroll&oacute; una l&iacute;nea en lino que, por su calidad, la posicion&oacute; en el mercado y se convirti&oacute; en el gran protagonista de su proyecto.&nbsp;

La propuesta est&aacute; enfocada en ropa de verano. Produce dos colecciones anuales y este a&ntilde;o planea sumar dos c&aacute;psulas. &ldquo;Resort se lanza entre noviembre y diciembre. Es para la mujer que se va de vacaciones a Saint Barths en el&nbsp;invierno; es mi clienta m&aacute;s madura,&nbsp;predomina la paleta de tonos tierra. High summer sale en abril, es para las m&aacute;s j&oacute;venes que quieren colores vibrantes y telas texturadas&rdquo;. Lo que m&aacute;s le piden son los conjuntos de blusas, camisas o tops con pantalones. Tambi&eacute;n tiene faldas, vestidos y monos. Una de sus prendas m&aacute;s populares es el pantal&oacute;n Natalia, que lleva el nombre de su mejor amiga argentina. &ldquo;Fue la primera pieza que lanc&eacute;. Ya la hice en 16 colores&rdquo;. Busca inspiraci&oacute;n en Am&eacute;rica del Sur. En su &uacute;ltima propuesta tom&oacute; como referencia a Bogot&aacute;. &ldquo;Hay tonos lima, amarillos y rojos. Hice unos vestidos con unos escotes espectaculares que provienen de las im&aacute;genes de las mujeres que ve&iacute;a en la calle. Me inspira la mujer latina; nunca me olvido de d&oacute;nde vengo&rdquo;.&nbsp;

&nbsp;&ldquo;Me inspira la mujer latina; nunca me olvido de d&oacute;nde vengo&rdquo;.&nbsp;

Trata siempre de utilizar textiles como lino y algod&oacute;n que est&eacute;n certificados por el Global Organic Textile Standard (GOTS). &ldquo;Es el sello m&aacute;s dif&iacute;cil de conseguir y el m&aacute;s reconocido en el mundo porque no solo el material es org&aacute;nico, sino que toda la cadena de producci&oacute;n es sostenible&rdquo;. Los trajes de ba&ntilde;o se producen en Portugal y la indumentaria en Bulgaria. Trabaja con dos f&aacute;bricas peque&ntilde;as en las que todo el plantel est&aacute; compuesto por mujeres. &ldquo;Llevo adelante una marca sostenible y me gusta poder decir de d&oacute;nde viene mi ropa y qui&eacute;n la hace&rdquo;. En su ejercicio de dise&ntilde;o piensa en distintas corporalidades. Tiene su local en Londres, vende en Europa, Australia, Asia, Estados Unidos y tiene planes de abrir nuevos mercados. &ldquo;Ahora estoy en mi primera ronda de inversi&oacute;n. Nunca en mi vida so&ntilde;&eacute; con que iba a tener la empresa que tengo&rdquo;.&nbsp;

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