Sonya Yoncheva, una de las grandes sopranos de nuestra &eacute;poca y Testimonial de Rolex, destaca todo lo que aprendi&oacute; de las hero&iacute;nas de su repertorio

&ldquo;&iquest;Hero&iacute;nas l&iacute;ricas? Dios&hellip; Creo que toda mi vida adulta la constru&iacute; con mis personajes. A veces mi esposo me pregunta: &lsquo;Pero, dime: &iquest;qu&eacute; personaje me est&aacute; hablando hoy?&rsquo;&rdquo;. Acurrucada en un sill&oacute;n, en videoconferencia desde Jap&oacute;n, donde est&aacute; haciendo Tosca, la soprano b&uacute;lgara Sonya Yoncheva dice que tiene demasiados personajes en el coraz&oacute;n. Fue aclamada como Norma, Mim&iacute;, Manon Lescaut en los principales teatros del mundo. Medea fue su rol n&uacute;mero 50, y Violetta, de La Traviata, una de sus cimas interpretativas. Nacida en Plovdiv, formada en Ginebra y casada con un caraque&ntilde;o (el director de orquesta Domingo Hindoyan), Sonya responde en un espa&ntilde;ol fluido de calidez familiar: el que hablan perfectamente sus dos hijos; la lengua que molde&oacute; leyendo los libros de la infancia de su marido que le regal&oacute; su suegra. El calendario que en octubre la trajo a Buenos Aires (&ldquo;Am&eacute;rica latina es un lugar sagrado para m&iacute;&rdquo;) para debutar en el Teatro Col&oacute;n en un recital a sala llena sigui&oacute; con Madama Butterfly en Alemania y La boh&egrave;me en Oman, en medio de una apretada serie de recitales l&iacute;ricos en distintas ciudades europeas. &ldquo;Vivo quiz&aacute;s el ochenta por ciento de mi vida en el escenario&rdquo;, calcula Sonya. Y esa frontera es difusa: &ldquo;El l&iacute;mite es muy peque&ntilde;o entre la &oacute;pera y la realidad. La &oacute;pera habla siempre del alma, del ser humano. El alma de las mujeres que estoy interpretando. Todo lo que me pasa en la vida est&aacute; conectado con lo que voy cantando&rdquo;.
Cada rol se incorpora a la experiencia, con su bagaje singular. &ldquo;Todas estas mujeres son tan importantes, tan sensibles, tan diosas, que seguramente dejaron una gran parte en m&iacute; como int&eacute;rprete pero tambi&eacute;n como mujer. Es muy interesante, porque cuando me convert&iacute; en mam&aacute; pude entender personajes que antes eran imposibles de imaginar. Cantando Norma, donde se habla mucho de la relaci&oacute;n que tienen estas mujeres con los ni&ntilde;os, eso se volvi&oacute; muy l&oacute;gico en mi cabeza. Los personajes nos hacen m&aacute;s ricos en emociones y en experiencias&rdquo;.
 Sonya encarn&oacute; el destino tr&aacute;gico de Violetta en incontables ocasiones, hasta que tom&oacute; la decisi&oacute;n de pausar su v&iacute;nculo, que se hab&iacute;a vuelto emblem&aacute;tico, con la gran hero&iacute;na verdiana. &ldquo;Hice La Traviata much&iacute;simas veces, en todos los teatros, hice gran parte de las producciones m&aacute;s importantes que existen al d&iacute;a de hoy. Respeto demasiado a Violetta como personaje, y tambi&eacute;n como mujer, porque estoy contando la historia de una cortesana que existi&oacute; de verdad en el pasado. Entonces, por ese respeto, ahora estoy esperando quiz&aacute;s que alguien me proponga una producci&oacute;n nuev&iacute;sima y fascinante, con destellos, que me va a impresionar y voy a volver a interpretarla. No es un adi&oacute;s, yo nunca la dej&eacute; para siempre. Es simplemente que estoy esperando algo que me haga despertar otra vez la necesidad art&iacute;stica de cantar este papel&rdquo;.

&ldquo;Pienso cada vez m&aacute;s c&oacute;mo transportar la importancia que la m&uacute;sica pop tiene hoy, y conectarla con la &oacute;pera&rdquo;.

El reloj que rodea su mu&ntilde;eca izquierda en los retratos oficiales para Rolex atestigua su pertenencia a la &eacute;lite art&iacute;stica (integrada por nombres como Kiri Te Kanawa o Michel Bubl&eacute;) promotora de las acciones de la marca en favor de la m&uacute;sica. Desde hace m&aacute;s de una d&eacute;cada, es una figura Testimonial de Rolex y sus programas de preservaci&oacute;n del patrimonio de la &oacute;pera a trav&eacute;s de un v&iacute;nculo que atraviesa generaciones. &iquest;Cu&aacute;l es su propio lazo con el pasado, con la tradici&oacute;n l&iacute;rica en Bulgaria? &ldquo;Mi pa&iacute;s tiene una tradici&oacute;n impresionante de voces, de m&uacute;sicos, de una clase incre&iacute;ble. La m&uacute;sica cl&aacute;sica es una parte muy importante de la historia humana. Y yo ahora estoy en una parte de esta historia, tambi&eacute;n&rdquo;.
Tradici&oacute;n y novedad se conjugan, aclara Sonya, en el proyecto mel&oacute;mano de Rolex. &ldquo;Siempre me gust&oacute; esta conexi&oacute;n que tengo con ellos, porque son el mix perfecto de la tradici&oacute;n y el nuevo tiempo, lo que estamos viviendo. Son una familia enorme y quiz&aacute;s quienes m&aacute;s apoyo le dan al arte en el mundo. Para m&iacute;, es un honor ser parte de esta familia. Sobre todo, compartimos el respeto por el arte. Seguramente, tambi&eacute;n la curiosidad por la novedad&rdquo;.&nbsp;
L&rsquo;OFFICIEL: Usted ha trabajado en televisi&oacute;n tempranamente. Su hermano Marin se dedic&oacute; al rock antes de confluir con usted en el camino de la l&iacute;rica. &iquest;Qu&eacute; lugar ocupa la cultura pop en sus intereses?
SONYA YONCHEVA: Estoy pensando cada vez m&aacute;s c&oacute;mo transportar la importancia que la m&uacute;sica pop tiene hoy y conectarla con la &oacute;pera. Porque la &oacute;pera se volvi&oacute; un arte un poquito m&aacute;s exclusivo. No todos van a la &oacute;pera, pero todos van a un concierto de Beyonc&eacute;, Lady Gaga, o de todas estas maravillosas cantantes que tenemos en el d&iacute;a de hoy. Yo estoy buscando esta conexi&oacute;n, c&oacute;mo estos dos artes pueden convivir. De alguna manera, las divas de la m&uacute;sica pop se volvieron mucho m&aacute;s divas que las de la &oacute;pera. Es una m&uacute;sica mucho m&aacute;s f&aacute;cil que podemos recordar al instante. La &oacute;pera tiene un mensaje m&aacute;s complicado. Hay que concentrarse mucho m&aacute;s para escuchar todo eso. Y sabemos muy bien que vivimos en una &eacute;poca &ndash;sobre todo los j&oacute;venes con el zapping&ndash; en que todo dura treinta segundos, como mucho treinta minutos. No s&eacute; c&oacute;mo la &oacute;pera podr&iacute;a existir en estas formas.
&ldquo;La &oacute;pera me produce un efecto similar al que sent&iacute;a cuando de ni&ntilde;a cantaba pop y a mi hermano, que en la infancia cantaba jazz y rock, le pasa lo mismo&rdquo;, dice Yoncheva. Los hijos de Sonya escuchan a Puccini. &ldquo;Est&aacute;n estudiando piano. Ceo que es muy importante que nosotros, los padres, les ense&ntilde;emos esta forma de la m&uacute;sica. En la vida de adultos recordar&aacute;n todas estas sensaciones aprendidas de chicos. Yo siempre voy con mis ni&ntilde;os a los museos y a la &oacute;pera tambi&eacute;n. Ellos adoran eso. Mi esposo tiene exactamente la misma opini&oacute;n. Tengo la suerte de que &eacute;l viene de una familia de m&uacute;sicos, es hijo de Domingo Garc&iacute;a, un violinista importante. Cuando mi hijo cumpli&oacute; tres a&ntilde;os, mi suegro le regal&oacute; un viol&iacute;n peque&ntilde;ito y as&iacute; comenz&oacute; su camino en la m&uacute;sica&rdquo;.

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