Hermès: la continuidad en la fragmentación
El espacio elegido fue el Mobilier National, lugar que alberga profundos conocimientos del savoir-faire. Ahí, Véronique Nichanian, directora artística de Hermès, presenta una nueva narrativa invernal. La arquitectura minimalista del edificio de Auguste Perret, le hace eco a las prendas que se pudieron visualizar a través de una transmisión en vivo, divididas en dos secuencias paralelas; se separan o se encuentran, pero jamás se interrumpen. Un nuevo circuito entre el interior y el exterior, lo íntimo y lo público, lo privado y lo profesional. El artista visual francés Cyril Teste, se une una vez más a la maison francesa para reinventar nuevos formatos creativos, en donde las posibilidades visuales del espectador se tornan infinitas.
Híbridas y prácticas, las prendas riman entre las líneas de lo formal y lo informal. Los materiales voluptuosos o compactos, transmutan en asociaciones audaces, que expresan una aspiración a los tiempos de ligereza. El placer de la evasión.




El anhelo por el confort se plasma en dimensiones reducidas y pantalones ajustables con cordones. Aparecen parkas con capucha, chaquetas biker con cuello alto y exquisitas sobrecamisas. Incluso, las camisetas con cierres o con pespuntes de talabartería se vuelven indispensables. Después, se explora la posibilidad versátil de los cardigans con cuello polo, cuello redondo, cuello alto, cuello con cierre o cuello en V sin mangas. Bajo el juego de capas, se encuentran las camisas, nuevamente de cuello alto, o bien, holgadas con bolsillos y costuras a contraste.




Los complementos siguen la misma línea conductora del lujo absoluto. La joyería discreta equilibra las propuestas con colgantes, pulseras y anillos en metal paladio. El calzado es dinámico pero impecable, zapatillas deportivas de malla y zapatos de cuero.

